Ciencia y Tecnología
Una ciudad invadida por robots
Los robots van tomando forma. No sólo humana o incluso animal. Poco a poco, ellos mismos van respondiendo a las preguntas clave que nos asaltarán de aquí a las próximas décadas: ¿Para qué sirven? ¿En qué nos van a ayudar? ¿Harán nuestra vida mejor? Durante estos días, Madrid puede ofrecer algunas respuestas. Ayer se inauguró la Conferencia Internacional sobre Robots y Sistemas Inteligentes, IROS 2018. Hasta el próximo 5 de octubre, el Palacio de Congresos del Campo de las Naciones será testigo de los más vanguardistas avances en lo que a humanoides se refiere. Una tecnología por la que hay que «apostar decididamente», según afirmó ayer durante la apertura el Rey Felipe VI, con vistas a «garantizar un futuro con un crecimiento inclusivo y sostenido, con empleo estable y de calidad». Más de 1.200 expertos y 3.500 asistentes darán fe de ello en una cita cuyo lema de esta edición es elocuente: «Hacia una sociedad robótica».
¿Qué robots nos sorprenderán durante esos días? Una de las grandes apuestas es SpotMini. Su creador, Marc Raibert, fundador de Boston Dynamics, subió ayer al escenario del Palacio de Congresos con este cuadrúpedo mecánico. No se trata sólo del sustituto robótico de nuestros animales de compañía, dotado de agilidad canina y capacidad de sortear obstáculos gracias a sus sistemas autónomos de visión y de navegación. SpotMini, que se pondrá próximamente a la venta a un precio aún por determinar, también tiene la facultad de recoger objetos gracias a un brazo mecánico.
España demostrará también que es puntera en esta tecnología. Así, Pal Robotics presentará a Talos. Además de tener la habilidad de permanecer en equilibrio en las condiciones más adversas –durante estos días se situará sobre un cilindro, mientras los asistentes están invitados a hacerle caer–, Talos está preparado para enfrentarse a tareas industriales complejas, capaz de cargar seis kilos en cada mano. No podían faltar en la Conferencia los ingenios ideados por el Robotics Lab de la Universidad Carlos III (UC3M). Concretamente, Teo y Minimaggie. El objetivo de ambos es similar: lograr que puedan ser asistentes domésticos de personas con dificultades motrices. Sin embargo, difieren mucho en la forma: el primero es un humanoide de 1,70 que ya es capaz de realizar tareas como planchar; la segunda es un robot social, un peluche mecanizado programado para dar cariño a personas dependientes. De hecho, ya se ha probado en centros de mayores y en unidades pediátricas de hospitales.
También la neurotecnología será otra de las grandes apuestas en el futuro. Uno de los mayores exponentes del poder que atesora nuestro cerebro es Bitbrain, empresa que surgió de la Universidad de Zaragoza y que dejó boquiabierto a todo el mundo al ser capaz de hacer mover una silla de ruedas gracias sólo a los impulsos cerebrales.
Con todo, el IROS 2018 será también una oportunidad para que científicos y programadores pongan a prueba su destreza. Se celebrarán carreras de drones autónomos dotados de inteligencia artificial, una competición para programar al mayordomo más inteligente en un hogar recreado en el Palacio de Congresos y también un curioso concurso para crear al mejor robot «mago», capaz de asombrar por sus trucos, o «asistente», esto es, el «voluntario» que todo buen número de magia necesita. Tampoco faltarán los siempre futuristas coches autónomos, con una demostración que hoy estará abierta al público.
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