Libros

Madrid

Una ciudad muy librera

Para amantes de lo antiguo, para niños, para «esotéricos»... La capital, la más lectora de todas, no defrauda en su oferta literaria

Madrileños y turistas disfrutaron ayer de una jornada de libros en la calle
Madrileños y turistas disfrutaron ayer de una jornada de libros en la callelarazon

Madrid demostró anoche que es una ciudad lectora. Lo hizo cuando cayó el sol en su celebración de la Noche de los Libros, pero también lo lo hace cada año, cuando las estadísticas la coronan como la ciudad más lectora de España. .

El 71% de los madrileños son lectores habituales, lo que sitúa a la región 12 puntos porcentuales por encima de la media nacional. Además, la industría del libro es la que más aporta al PIB regional en cuanto a la industria cultural se refiere. En este sentido, cabe señalar que Madrid es la Comunidad donde más libros se venden y editan –el 30 por ciento de libros editados en España lo hacen en Madrid y el 40 por ciento de la recaudación por venta de libros a nivel nacional, recae sobre editoriales madrileñas–. Todas esas cifras permiten que en Madrid puedan encontrarse cualquier libro que uno se proponga.

En Madrid se respira literatura todos los días del año, y no sólo porque algunas de las más grandes novelas de Benito Pérez Galdós se desarrollen en sus calles, sino porque existe una extensísima variedad de librerías que ofrecen a sus visitantes literatura de todo tipo.

- Las míticas. No se puede hablar de librerías en Madrid sin mencionar la mítica Cuesta de Moyano, donde, desde 1925, encontraron su punto de anclaje decenas de casetas que se dedican a la compra-venta de libros todos los días del año coronadas por la estatua de un ilustre de las letras españolas, el escritor Pío Baroja.

- Para amantes de lo añejo. Tampoco habría que olvidarse de la Librería Rodríguez, donde se pueden encontrar obras descatalogadas y libros antiguos, sobre todo del mundo de la tauromaquia. Otro nombre: Librería Agrícola, especializada desde principios del siglo XX en agricultura, ganadería, pesca y caza. Además, en ella se pueden encontrar algunos ejempleres bicentenarios.

- Galardonadas y «revolucionarias». Madrid no se entendería sin la Librería Calatrava, Fuentetaja o la Librería Antonio Machado. La primera está considerada la más antigua de la región y su especialidad son las religiones –sobre todo la protestante, como su fundador, Federico Fliedner–. Fuentetaja fue condecorada por el Ministerio de Trabajo con la medalla de oro de mérito al trabajo a su propietario, Jesús Ayuso. Este establecimiento fue un coladero de libros prohibidos durante el franquismo. También ha puesto en marcha talleres literarios. Por último, la Librería Antonio Machado se alzó como un símbolo de la Transición y se dedica, en su gran mayoría, a la difusión de obras humanísticas y al arte.

-Temáticas. Si es más sencillo encontrar algo «difícil de conseguir» en la capital es, entre otras cosas, por la cantidad de negocios especializados que hay. En la calle Justiniano, por ejemplo, está la Librería de Keta, especializada en literatura infantil y juvenil. ¿Le interesa el mundo esotérico? Su sitio está en la calle de la Paz, 15. Si busca algo muy especializado en temas deportivos, lo encontrará en el cuatro de la calle Pez: ESM Librerías. Y, como un libro siempre saca de un apuro para un regalo de última hora, nunca fallará eligiendo uno «delicatessen» en Democrazy (San Mateo, 7).

Noche en vela con la letras

¿Me regalas un libro? Te regalo un libro

La «Noche de los Libros» vivió ayer su octava edición en la Comunidad y culminó su objetivo, el de «contagiar el entusiasmo y la pasión de los libros», con más de 560 actividades en 43 municipios. Estos eventos –charlas, conferencias, mesas redondas y talleres de literatura– tuvieron como protagonistas a unos 500 escritores, entre los que cabe destacar a Almudena Grandes, Javier Marías, Enric González, Fernando Sánchez Dragó o Javier Reverte, entre otros. Además, un gran número de las actividades que conforman este evento tuvieron su punto de encuento en dos localizaciones madrileñas: por un lado, la Real Casa de Correos, y por el otro, la Plaza de Callao, donde se instalaron dos pantallas gigantescas en las que se mostraron unos mosaicos fotográficos repletos de imágenes de madrileños con el libro que regalaron, ya que el lema fue «¿Me regalas un libro? Te regalo un libro».