Política

Murcia

La quema de la Sardina cierra las Fiestas de Primavera

Un total de 52 grupos de baile y animación recorrieron las calles en el Entierro

Las llamas pusieron el broche de oro a unas Fiestas de Primavera que este año han vuelto a hacer «renacer» a Murcia. LA RAZÓN
Las llamas pusieron el broche de oro a unas Fiestas de Primavera que este año han vuelto a hacer «renacer» a Murcia. LA RAZÓNlarazon

Un total de 52 grupos de baile y animación recorrieron las calles en el Entierro

Desde primeras horas de la mañana los grupos sardineros y los hachones animaron a los vecinos y visitantes a vivir el colofón final de las Fiestas de Primavera en Murcia. La ciudad engalanada de flores de múltiples colores, y miles de ciudadanos recibían a Doña Sardina a su paso por las calles del centro de la ciudad.

Pequeños y mayores recogían con agrado los juguetes que entregaba la comitiva a su paso. Solo eran el «aperitivo» de lo que después, en la tarde, llegaría con el desfile del Entierro de la Sardina. Al mediodía una traca, encendida por el alcalde de la ciudad en la Plaza Circular, anunciaba el último pasacalle.

Los 23 grupos sardineros llevaron el espectáculo a las principales calles de Murcia, con un desfile que por primera vez partía de la avenida San Juan de la Cruz y en el que participaron 52 grupos de baile y animación entres los que destacaron dos compañías ganadoras del festival de teatro de calle de Niza, elementos de hasta 11 metros de altura, una banda de Tailandia, otra de tambores de Rusia y cuatro elementos de Francia, además de grupos llegados de Galicia, Cantabria, País Vasco, Cataluña, Castilla y León y Andalucía.

Desde las carrozas se lanzaron dos millones de juguetes. Todos lo que se acercaban a recibir su regalo quería recoger uno de los 150.000 balones de cuero que se repartieron.

Poco antes de que la Sardina se convirtiera en cenizas, un espectáculo de danza aérea en la plaza Martínez Tornel hizo las delicias de los que pudieron contemplarlo. El tradicional castillo precursor del último acto, también tuvo novedades. En esta ocasión participaron cuatro pirotécnicos murcianos, en lugar de tres, por lo que su intensidad y tiempo se alargó un 25 por ciento.

Y llegó el momento final. A las una de la madrugada sonó la traca que prendía fuego al catafalco donde se erguía la sardina con su aleta hacia el cielo. Las llamas fueron prendiendo en ella y poco a poco desaparecía en el interior de la fogata. Hoy ya se trabaja en las próximas fiestas.