Sucesos

Absuelto un Guardia Civil acusado de quedarse con el dinero de las multas

Un jurado popular ha declarado hoy inocente a un guardia civil de Tráfico acusado de quedarse con 1.218 euros en multas que impuso a conductores extranjeros que circulaban por carreteras sevillanas.

En un veredicto emitido hoy, el jurado ha absuelto por siete votos contra dos a Juan M.M., para quien en principio la Fiscalía pedía tres años de cárcel.

El jurado ha declarado probado que el acusado puso las trece multas objeto del juicio entre marzo y mayo de 2010 pero no que se apropiase del dinero, que según varios testigos se entregaba en la oficina del destacamento de Tráfico al que pertenecía basándose "en un sistema de confianza"entre agentes.

Además no existía "ningún control en la entrega del dinero", según el veredicto, por lo que "no consta que el acusado se apropiase del importe y no lo entregase".

Aunque la Fiscalía le imputó inicialmente la apropiación de 2.670 euros en trece multas, un recuento posterior de los importes situó lo presuntamente apropiado en 1.218 euros.

Tras el veredicto del jurado, el magistrado que lo presidió anunció de viva voz una sentencia absolutoria, y el guardia civil y su esposa abandonaron la sala y se abrazaron entre lágrimas.

En su declaración del pasado 26 de noviembre, el acusado negó haberse quedado con el dinero de las multas impuestas a trece extranjeros y culpó a sus compañeros de oficina en el destacamento de San Juan de Aznalfarache (Sevilla) de que sus hojas de control no llevasen el obligatorio visto bueno del jefe del destacamento, como prevé el reglamento para estos casos.

Según el acusado, una vez que el agente entregaba la relación de multas y el dinero, "su misión termina"y "pierde todo contacto", pues pasa a ser responsabilidad de sus compañeros de administración archivar las denuncias y recabar el visto bueno del jefe.

"Si falta algo, te tienen que avisar en tres días y no en un año, como me han hecho a mí", se lamentó el imputado, de 59 años.

El guardia civil aseguró que, cuando sus compañeros de oficina no estaban, los agentes depositaban las multas en un buzón habilitado a tal efecto, del que solo el encargado de cobrar tenía la llave.