Universidad

“Confesar hoy públicamente ser gitano es un acto de valentía”

Fakali-Amuradi imparte por quinto año consecutivo el curso “Sociedad y comunidad gitana en el siglo XXI” en la Universidad de Sevilla con el compromiso de ser una fuente de información constructiva

El aula de grados de la facultad de filología acoge la primera jornada del curso
El aula de grados de la facultad de filología acoge la primera jornada del cursolarazon

Beatriz Carrillo, presidenta de FAKALI, presente en la primera jornada del curso “Sociedad y comunidad gitana en el siglo XXI”, dedicada al antigitanismo

La historia del pueblo gitano ha atravesado desde la persecución más directa hasta la discriminación más sutil. Este rechazo se ha visto reflejado igualmente en el mundo académico y científico, de manera que no ha sido un objeto de estudio de especial interés en estos campos. Tanto en las etapas educativas obligatorias como en la formación superior y universitaria, la cultura gitana es una “asignatura pendiente”.

Por tanto, y justo ahora que los estereotipos y los prejuicios sobre la idiosincrasia gitana siguen muy presentes, agravados por el discurso de odio que resurge en Europa y la espectacularización que de ella hacen además algunos medios de comunicación con presuntos ‘docu-realities’ tan de moda como ‘Los Gipsy Kings’, FAKALI, la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas, y AMURADI, la Asociación de Mujeres Gitanas Universitarias, apuestan de nuevo por contrarrestar y sustituir estas ideas negativas y simplistas por un conocimiento, formal, académico, serio y contrastado de este grupo social.

Esta iniciativa pionera, nacida del compromiso de difundir una imagen digna de la comunidad gitana, queda concretada por quinto año consecutivo en el curso “Sociedad y Comunidad Gitana en el Siglo XXI”. Esta actividad académica, con 70 alumnos y alumnas inscritas, ha arrancado este lunes en el Aula de Grados de la Facultad de Filología (Rectorado de la Universidad de Sevilla) y se desarrollará durante seis sesiones hasta el 24 de marzo.

En ellas se abordarán un amplio espectro de cuestiones: desde la igualdad de género en las mujeres gitanas a la controvertida situación general de la comunidad romaní en los medios, pasando por el antigitanismo y la respuesta de la sociedad civil. Materia de formación y debate en la primera sesión, centrada en el “Pacto contra el Antigitanismo. Protocolo de Actuación”, iniciativa pionera y obra de referencia bibliográfica que representa una clara apuesta de FAKALI por analizar en profundidad este fenómeno y proporcionar herramientas e instrumentos útiles en la lucha desde cualquier sector de la sociedad contra la propagación de ideas, actitudes y comportamientos discriminatorios con consecuencias nefastas para el prestigio, la autoestima y el desarrollo de la ciudadanía gitana.

“Hoy día, confesar públicamente ser gitano o gitana es prácticamente un acto de valentía”, ha llegado a esgrimir en el acto de presentación Beatriz Carrillo de los Reyes, por el “contexto de discriminación hacia la comunidad romaní en la sociedad europea en todos los ámbitos de la vida social”. Los prejuicios y los estereotipos suponen “una pesada losa” para una población gitana que, además, padece “el estigma de la invisibilización”, en palabras de la presidenta de FAKALI-AMURADI, enrocada en la defensa de “un cambio de discurso hacia la interculturalidad que ensalce los valores humanos y muestre referentes positivos como modelo de avance”.

De ahí la necesidad de iniciativas como este curso, que cuenta con el refrendo explícito de las administraciones autonómicas y estatales, amén de las instituciones educativas, representadas en esta ocasión por Ana López Jiménez, vicerrectora de Servicios Sociales y Comunitarios de la Universidad de Sevilla; María Dolores Ruiz Bautista, subdirectora general de Programas Sociales. Directora general de Servicios a la Familia y la Infancia. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad; y Purificación Gálvez Daza, secretaria general de Servicios Sociales de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía. Todas han coincidido en la necesidad de aceptar la diversidad sobre la base del conocimiento.

“Conocer para entender, y entender para aceptar”, ha sido la frase paradigmática en este sentido de Purificación Gálvez, que ha servido además de nexo de unión con el discurso de Francisco Javier Marcos, del Observatorio contra el Racismo y la Xenofobia (OBERAXE). Este especialista en delitos de odio y discriminación ha incidido en la esfera fenomenológica y social de los mismos, que supera su mera dimensión jurídica o penal. “Afectan y dañan a personas y grupos, algo básico de entender pero incomprensiblemente ignorado por algunos que también olvidan que el discurso nunca es inocente”, ha defendido un profesional igualmente claro en el debate sobre la libertad de expresión: “No es un valor supremo; tiene condicionantes, y estos pasan porque no suponga menoscabo alguno a la dignidad humana”.

Un posicionamiento compartido por María Teresa Verdugo Moreno, fiscal delegada para la Tutela Penal de la Igualdad y contra la Discriminación en Málaga, quien también ha incidido en “la necesidad de hacer una labor de formación a jueces, policías y demás estamentos para que sean profesionales y den curso a las denuncias que sobre antigitanismo les presenten”. Porque como ella misma ha reconocido “hay una mala noticia, que es esa falta de formación de los operadores jurídicos y policiales. Pero también una buena. Son profesionales y eso les obliga a cumplir el código penal y demás legislación sin involucrar sus pensamientos subjetivos”.

En todo caso, “las denuncias son fundamentales en la lucha contra cualquier acto discriminatorio”, ha reiterado la fiscal, quien en este sentido ha librado de toda responsabilidad a la víctima. “No toda recae sobre ella. Todo aquel que tenga conocimiento de un delito de odio puede y debe ir a la policía y denunciarlo. Sólo así se articulan estrategias efectivas en la lucha contra la discriminación”.