Sevilla
«Es muy posible que se convoque un nuevo paro académico puntual»
Vicente Guzmán, Rector de la Universidad Pablo de Olavide
Recientemente, los tres rectores de las universidades sevillanas suscribieron un documento en el que alertaban de las «pérdidas irreversibles» que sufrirá la universidad con los recortes. En el caso concreto de la Pablo de Olavide, ¿en cuánto se cifra la bajada de los recursos?
–La cifra exacta es muy difícil de cuantificar. El año que viene estaremos operando con un presupuesto que ronda un 10-12 por ciento menos que el de este año. Veremos qué fondos podemos obtener de tipo competitivo, de investigación, becas para estudiantes o Erasmus porque todo esto está en función de la capacidad que tengamos para competir con otras universidades. Lo que sí es cierto es que el dinero general ha descendido y, aunque mantengamos el mismo porcentaje de éxito, se reducirán los ingresos. Este año hemos presupuestado 40 millones de euros y el año que viene se pasaría a 10 millones.
–¿De dónde proviene el mayor recorte?
–Nuestro financiador principal es la Junta. El Gobierno central financia otras convocatorias, como las becas Erasmus, las de los estudiantes, proyectos de investigación, y alguna infraestructura, etcétera. En Andalucía no tenemos la situación idónea para las universidades públicas porque los recursos no son los que necesitamos. No obstante, percibo que la Junta está haciendo un esfuerzo para que las universidades, dentro del contexto general de escasez, tengamos una razonable operatividad.
–¿En qué se traduce esta situación?
–Fundamentalmente afecta al gasto corriente, mantenimiento del campus, servicios externalizados... Tenemos que ahorrar en este sentido. También es verdad que de una situación de amenaza hay que buscar una oportunidad. Así, podemos optimizar determinados consumos que por pura inercia no se hacían.
–¿El personal se verá afectado?
–El empleo estable de la universidad no corre peligro y espero que siga siendo así. No tengo ningún dato que indique lo contrario. Sí es verdad que tenemos otros condicionantes por la legislación estatal que apuntan a que el profesorado asociado tenga que sufrir una reducción.
–El pasado curso los estudiantes de las universidades sevillanas protagonizaron protestas contra la subida de tasas, ¿cómo valora las acciones llevadas a cabo por los alumnos de la Pablo de Olavide?
–No es bueno que tenga que haber protestas. En estos momentos hay una posibilidad de que pueda quebrarse la igualdad de oportunidades en el acceso a la universidad. Me siento orgulloso de cómo se plantearon las protestas aquí. Se convocó un paro académico, pero quien quiso dar clase las recibió. Además, los estudiantes decidieron protestar llevando las aulas a la calle. Creo que es una forma muy universitaria de protestar. Es un signo de madurez.
–Dada esta situación, ¿cree posible que se llegue a plantear un nuevo paro académico?
–Es muy posible que se convoque un nuevo paro académico puntual, mientras se mantengan los mismos parámetros. Esto pertenece al ámbito de la legitimidad de los estudiantes y los profesores que lo quieran hacer. No obstante, hago una apelación al diálogo y a la reflexión para que esto no se produzca. Lo que sí sería más preocupante es un paro académico largo. Tendría unos efectos añadidos de pérdida de clases y docencia que luego es muy difícil recuperar.
–En este escenario de crisis, ¿han saltado las alarmas en la universidad?
–Motivos de alarma hay. Empezamos a sentir que se nos desprecia y no se valora lo que las universidades públicas hacemos y somos capaces de hacer. Podemos mejorar la gestión y racionalizar, pero somos beneficiosas para la sociedad por la formación que impartimos, lo que aportamos al PIB de la región y a la investigación. De pronto, se desconfía tanto en nosotros que parece que somos unos gestores muy malos y todos los problemas se arreglan cortando los recursos y elevando las tasas universitarias.
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