Sorteo

Este es el secreto de los loteros de Doña Manolita para que siempre toque un premio en esa administración

El local nació en 1904, cuando la joven Manuela de Pablo abrió un despacho de loterías en Madrid

Varias personas celebran en la sucursal Doña Manolita de Madrid el Gordo del sorteo extraordinario de Navidad de la Lotería Nacional que ha recaído en el nº 88.008, este viernes. EFE/Aitor Martín
Celebraciones en Doña Manolita tras vender el Gordo del sorteo extraordinario de Navidad de la Lotería NacionalAitor MartínAgencia EFE

En la calle del Carmen, a pocos metros de la Puerta del Sol, las colas empiezan semanas antes del Sorteo de Navidad. Muchas personas repiten cada año el mismo ritual: comprar, al menos, un décimo en la administración de Doña Manolita, la más famosa de España.

La administración nació en 1904, cuando una joven Manuela de Pablo, conocida como Doña Manolita, abrió un despacho de loterías en Madrid. Con los años, el negocio fue creciendo, cambiando de local y sobreviviendo incluso a la Guerra Civil, hasta instalarse finalmente en su ubicación actual de la calle del Carmen.

El mito: vírgenes, rituales y colas

Alrededor de Doña Manolita circulan todo tipo de anécdotas. Una de las más repetidas cuenta que, cansada de no dar premios importantes, la propia Manuela viajó varias veces a Zaragoza para pasar los décimos por el manto de la Virgen del Pilar. Aquellos billetes habrían resultado premiados y, desde entonces, el aura de 'lugar tocado por la fortuna' quedó asociada a la administración.

A eso se suman las colas, que se han convertido en un espectáculo en sí mismas: grupos de amigos que madrugan, gente que viene de otras comunidades solo para comprar allí y turistas que incluyen la parada en su recorrido por el centro.

¿Dónde está el verdadero truco?

El secreto de por qué en Doña Manolita siempre toca algo es mucho menos mágico y mucho más sencillo: vende una cantidad de décimos descomunal. En algunos sorteos recientes de Navidad, esta administración ha llegado a comercializar cerca de tres millones de décimos, frente a las decenas de miles que maneja una administración media.

Si cada décimo tiene exactamente la misma probabilidad de ser premiado, cuantos más se vendan, más opciones hay de que alguno resulte agraciado.

A ese volumen se suma otra estrategia importante: la variedad de números y series que gestiona la administración. Doña Manolita trabaja con muchos números distintos y, además, con un gran número de décimos de cada uno. Una parte de esos números se vende casi en exclusiva allí.

En paralelo, la administración se ha modernizado: no solo vende en ventanilla, sino también por internet y a través de plataformas que permiten comprar desde cualquier punto de España. Eso multiplica todavía más el número de décimos que salen de sus terminales.