Lotería de Navidad

Historia de la Lotería de Navidad: El año en que nadie ganó el Gordo

Por aquel entonces, el Gordo era de quince millones de pesetas

22/12/2019 Madrid. Sorteo de la lotería de Navidad. El gordo. Quinto premio.Cristina Bejarano.
22/12/2019 Madrid. Sorteo de la lotería de Navidad. El gordo. Quinto premio.Cristina Bejarano.Cristina BejaranoLa Razón

El sorteo de la Lotería de Navidad es un evento que llena de emoción a toda España. Cada año, nos despertamos temprano y sintonizamos la televisión a las 08:30 de la mañana para seguir el sorteo desde el Teatro Real de Madrid. Los sentimientos de nerviosismo, esperanza y anhelo de buena suerte, inundan a quienes participan con la esperanza de que su número sea cantado.

Plantearnos que tenemos la opción de ganar el Gordo, el gran premio ansiado por millones, es una emoción indescriptible. Sin embargo, la suerte no siempre está de nuestro lado. Solo el 0,001% de los números en la Lotería de Navidad resultan premiados, dejando a muchos sin premio. Pero, ¿alguna vez te has preguntado qué sucede si nadie ha comprado el número ganador?

Descubre los números más buscados de la Lotería de Navidad
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La respuesta es bastante sencilla: si nadie ha comprado el número premiado en El Gordo, el premio va directamente a las arcas públicas. En otras palabras, Hacienda no solo se llevaría su "parte del pastel" con cada premio de más de 20.000 euros, sino que se quedaría con el premio íntegramente. De hecho, esto sucedió ya sucedió una vez en la historia de la Lotería de Navidad.

La única que gana es Hacienda

El 22 de diciembre de 1931, un evento sin precedentes tuvo lugar en la historia de la Lotería de Navidad en España. Según el periódico ABC, ese día, el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad, que se celebraba en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, estaba a punto de concluir. Con tan solo unas treinta bolas restantes, el premio Gordo aún no había aparecido.

Fue casi al mediodía, a las once y media, cuando los asistentes al sorteo escucharon a los niños de San Ildefonso anunciar el número 24.717, el afortunado ganador del premio mayor, que por aquel entonces era de quince millones de pesetas. La emoción llenó la sala, y aquellos que seguían el sorteo por la radio esperaban ansiosos para conocer a qué localidades había tocado la fortuna.

Pero la alegría fue efímera. De repente, una frase resonó en la sala, dejando a todos en suspenso: “¡Oído a la caja! El 24.717, ¡a la reserva!” Como relataba la crónica del evento, la confusión y el descontento se apoderaron de la Casa de la Moneda cuando se hizo evidente que el número ganador del Gordo de Navidad no había sido comprado por nadie. Se escucharon exclamaciones de incredulidad y protesta: "¡Fuera! ¡No vale! ¡No hay derecho!".

La razón del asombro generalizado era que el número ganador, que no se había vendido, representaba un premio sustancial compuesto por dos series que sumaban treinta millones de pesetas. Como no hubo un ganador individual para reclamar el premio, este dinero incrementó directamente las arcas del Estado, una circunstancia poco común, pero contemplada en las reglas del sorteo.

Los niños de San Ildefonso cantan los premios de la Lotería de Navidad
Los niños de San Ildefonso cantan los premios de la Lotería de Navidadlarazon

Un cronista de la época comentó: “No cabe duda que este año la Lotería ha venido a remediar a un jugador modesto y de los más necesitados.” De acuerdo con los registros financieros del año, el Estado había presupuestado un total de 435 millones de pesetas para la Lotería. Sin embargo, solo logró recaudar 409 millones a través de la venta de décimos para la Lotería de Navidad. Esto significó que, de haberse vendido el número ganador y haber un ganador del gran premio, Loterías y Apuestas del Estado habrían experimentado una pérdida de más de 25 millones de pesetas.

Curiosamente, Jaime Carner Romeu, quien fue nombrado Ministro de Hacienda unos días antes del sorteo, hizo una declaración bastante acertada en ese momento. Con una sonrisa, afirmó que lo único que la gente podría decir de él es que era un hombre afortunado. Este comentario refleja el alivio que sintió al evitar una importante pérdida financiera para el Estado.