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Medio Ambiente
Una vida sin carbón, una transición justa
El cierre de las centrales de carbón en España da paso a nuevos proyectos relacionados con la sostenibilidad que estimulan el desarrollo económico en las zonas que vivían de esta actividad
España dice adiós al carbón. La crisis climática urge a cambiar el modelo energético del Estado y poco a poco se van dando pasos firmes hacia la descarbonización. Ya se ha comenzado el cierre y desmantelamiento de algunas de las más importantes centrales térmicas destinadas a la quema de este mineral. Esta es, a priori, una buena noticia para los pulmones del planeta, pero puede resultar abrumadora para miles de personas y comarcas que vivían del sector.
Y aquí es cuando entra en juego el concepto de Transición Justa, materializado en un compromiso histórico para España como es el Acuerdo de Gobierno para una Transición Justa. Firmado en marzo de este año, en él se recoge el compromiso de todas las partes (administraciones públicas, empresas energéticas y sindicatos) para acompañar la transición laboral y la reactivación económica de las zonas afectadas por el cierre de las centrales térmicas.
Endesa, una de las compañías firmantes, se marcó el objetivo de lograr la descarbonización total en el año 2050. El cierre de todas sus centrales, inicialmente previsto para el 2030, será completado tres años antes de lo esperado, en 2027. Por ello, la compañía ya se encuentra desarrollando nuevos proyectos empresariales capaces de seguir generando oportunidades laborales de futuro para la población, en las mismas zonas en las que se ubican todas sus plantas de carbón: Andorra (Teruel), Compostilla (León), As Pontes (A Coruña), Carboneras (Almería) y Alcudia (Islas Baleares).
«Nosotros vemos que, por un lado, es importantísimo para el planeta crecer en renovables y cerrar las centrales, pero entendemos que es igual de importante realizar cierres justos y lograr que esta transición energética se alcance sin dejar a nadie atrás», afirma Juan Álvarez Avello, responsable de los Planes Futur-e de Endesa. «En este sentido, nos hemos remangado», apunta, «y hemos puesto en marcha los Planes Futur-e».
Estos proyectos engloban todas las iniciativas que Endesa impulsa en el entorno de las centrales térmicas que están en fase de cese de actividad. Su finalidad es mitigar el impacto social, medioambiental y económico de la transición hacia un modelo de generación sin emisiones. Para ello, desarrollan nuevos proyectos empresariales que van desde plantas fotovoltaicas hasta el reciclaje de baterías de coches eléctricos.
«Desde que confirmamos el proceso de cierre de una planta, o incluso antes, comenzamos a buscar activamente proyectos que encajen lo máximo posible en el territorio», explica Álvarez. Para ello, Endesa estudia si pueden ubicar allí sus propios proyectos, como parques renovables o fábricas de hidrógeno renovable que se situarán en las zonas afectadas por los cierres.
Pero además, también lanzan concursos internacionales con el objetivo de encontrar proyectos industriales sostenibles e innovadores que reactiven la economía y el empleo de la zona. «Hemos encontrado muchos proyectos y muy interesantes para mantener la economía en estos territorios». En Compostilla ya se han aprobado 7 iniciativas que generarán más de 160 nuevos empleos directos y que movilizará una inversión en la zona superior a los 260 millones de euros.
El proceso de selección tiene en cuenta las particularidades de cada zona, pues quizá no todas cuentan con la posibilidad de albergar plantas solares o eólicas. Además, cada población estará más relacionada con una actividad económica: las hay más agrícolas, más industriales, más turísticas o más enfocadas al sector servicios. Por ello, los Planes Futur-e están «adaptados a las necesidades de las comunidades locales», explica Álvarez.
Desde el primer momento, la compañía mantiene reuniones conjuntas con agentes sociales de todo tipo: desde autoridades locales (ayuntamientos y gobiernos regionales) hasta representantes de los trabajadores, pasando por las universidades, cuya labor es identificar qué tipo de iniciativa empresarial se adecúa mejor a la zona. «Es un proceso muy dialogado, que en todo momento busca el consenso social para identificar los proyectos con mayor sentido», afirma el responsable de Endesa.
Una de las claves para que la transición energética sea realmente justa, se basa en acompañar a los trabajadores y trabajadoras afectadas por el cierre de las plantas. Por un lado, el responsable señala: «Futur-e incluye un programa de recolocación dentro de la empresa. Nos aseguramos de que ningún trabajador de Endesa pierda su trabajo en esta transición energética. Además, también se ofrecen prejubilaciones pactadas con los empleados que así lo deseen».
Por otro, para el personal contratista, también ofrecen programas de formación y capacitación para el reciclaje profesional. «De forma coordinada con las administraciones públicas, elaboramos un temario para ofertar cursos que les permitan recualificarse». Y añade: «En algunos casos, han participado más de 1.000 personas».
Adicionalmente, Endesa le da prioridad a los trabajadores locales a la hora de contratar personal para el desmantelamiento de las centrales. En la de Compostilla, actualmente en proceso de cierre, un 80% de la mano de obra es local.
El objetivo final de todos los Planes Futur-e, según Álvarez, «es llegar a sustituir la potencia térmica de cada central por potencia renovable en la zona, lo que implica desarrollos de miles de megavatios e inversiones muy relevantes».
El último Futur-e aprobado ha sido el de la central de Carboneras. A través de este plan, se proyecta desarrollar en la provincia de Almería unos 1.500 megavatios de potencia renovable, principalmente fotovoltaica, que sustituyan los 1.159 megavatios de potencia de la central térmica. Por ello, se impartirá formación en renovables para mejorar la empleabilidad de los habitantes de la zona. Además, en el concurso internacional de proyectos se han presentado 14 proyectos empresariales que se encuentran en este momento en fase de evaluación.
En el caso de Teruel, Endesa ha anunciado una inversión de más de 1.487 millones de euros para la construcción de 1.725 MW de potencia renovable, de los cuales 1.585 MW corresponderán a la que será la mayor planta solar en construcción en Europa y 139 MW tendrán origen eólico.
«También estamos aplicando el mismo modelo Futur-e en el proceso de la central de As Pontes», avanza Álvarez. Actualmente, se encuentran «buscando activamente iniciativas empresariales que puedan darnos el relevo».
En definitiva, los planes de Endesa para la transición justa ya están en marcha. «Con ellos hemos puesto en práctica y conseguimos viabilizar todo lo que hemos venido diciendo: que realmente se puede conseguir una transición energética justa para estos territorios».
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