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Cómo contratar un préstamo en pareja sin pillarte los dedos
El Banco de España recomienda no dedicar más del 35% de los sueldos mensuales netos de la pareja al pago de las deudas
Cuando se tiene una relación y se quiere financiar un proyecto en común, como comprar un coche o amueblar el piso, lo más habitual es pedir el préstamo en pareja. De este modo, se comparten los gastos y se aumentan las probabilidades de conseguir el crédito, pues al haber dos pagadores, el banco tiene más seguridad de recuperar el dinero. Sin embargo, eso también tiene un inconveniente: se contrae una deuda que la pareja arrastrará hasta que se liquide.
Compartir una deuda puede desgastar mucho una relación, especialmente si un miembro de la pareja no se toma en serio su nueva responsabilidad. Por ello, según el comparador bancario HelpMyCash.com, es muy importante que los futuros deudores se pregunten si están preparados para asumir ese préstamo, si podrán pagarlo y cómo se repartirían los pagos en caso de ruptura.
La pareja debe evaluar el estado de su relación
Contratar un préstamo entre dos personas es una decisión muy importante, en tanto que comprometerá las finanzas de ambas hasta que se salde la deuda. En consecuencia, desde HelpMyCash aconsejan no tomarla si la pareja no tiene la estabilidad suficiente para soportar esa responsabilidad.
Según los analistas de este comparador, la pareja debe evaluar el estado de su relación y valorar si está preparada para compartir una deuda. Conviene preguntarse, por ejemplo, si ambos miembros se ven juntos hasta que termine el plazo de devolución del crédito, si tienen la misma visión de futuro (sobre los hijos, sobre vivir juntos, etc.) o si quieren llevar un estilo de vida parecido.
Asegúrate de que podréis pagarlo
Lógicamente, tampoco se puede pedir un préstamo junto a otra persona si la pareja no se lo puede permitir. Los futuros deudores deben tener un trabajo estable que les permita pagar las cuotas durante todo el plazo del crédito. Asimismo, por si uno de los dos se queda sin trabajo, es aconsejable que cada titular pueda hacer frente a la deuda por su cuenta.
En cuanto a los ingresos, el Banco de España recomienda no dedicar más del 35% de los sueldos mensuales netos de la pareja al pago de las deudas que se contraigan. Por ejemplo, si entre los dos cobran unos ingresos conjuntos de 2.000 euros netos, las mensualidades del préstamo no deben superar los 700 euros.
Para pagar lo mínimo posible, lo ideal es contratar un préstamo con un interés reducido. Por ejemplo, el Crédito Proyecto de Cofidis puede ser una buena opción, pues su tipo es uno de los más bajos del mercado: desde el 4,95% TIN (5,06% TAE). Con este producto se puede financiar un gasto de entre 4.000 y 60.000 euros y devolver el dinero en un plazo de hasta 10 años.
Es aconsejable acordar qué ocurrirá en caso de ruptura
Finalmente, conviene tener previsto cómo se pagará el préstamo en caso de que la relación se acabe. Según HelpMyCash, es habitual que uno de los miembros de la pareja deje de pagar las cuotas tras la ruptura. Eso perjudica al otro titular, ya que en caso de que no se abonen las mensualidades correspondientes, el banco puede embargar los bienes de los dos deudores indistintamente.
Para evitar que eso ocurra, es recomendable que la pareja formalice un contrato privado (por escrito) en el que se defina qué ocurrirá si la pareja rompe: cómo se pagarán las cuotas, quién se quedará con el bien financiado… Ese acuerdo no tiene validez para el banco, pero sí puede ser útil para reclamar ante los tribunales en caso de que una persona no cumpla con lo pactado.
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