Vía libre para el caucho reciclado

La economía circular se basa en alargar la vida de los materiales e incorpora el aprovechamiento de los recursos, de los materiales y componentes de los productos y, también, la prolongación de la vida útil de los productos que consumimos. Y para que algunos productos puedan incorporarse a ese círculo con mayor facilidad es necesario que se den algunas circunstancias específicas. Por ejemplo, en el caso del caucho procedente de los neumáticos fuera de uso, es importante que sea considerado una nueva materia prima.

Hasta que hace unas semanas este material se consideraba un residuo, y por lo tanto, su utilización para diferentes aplicaciones y usos se tenía que ajustar a las normas que rigen para los residuos. Pero, esta situación ha cambiado recientemente gracias a una nueva normativa elaborada por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO), que determina el fin de la condición de residuo del caucho granulado y el polvo de caucho obtenido del tratamiento de estos neumáticos.

Se trata de una medida clave para que estos materiales puedan avanzar en su incorporación al modelo de economía circular. ¿Por qué? Como explica Gabriel Leal, director general de Signus, - entidad sin ánimo de lucro que se responsabiliza de la gestión de neumáticos fuera de uso-, «a diferencia de otros residuos, como el papel ,el vidrio, las latas de aluminio o la chatarra, que son fácilmente transformables en los mismos productos de origen, los neumáticos tienen que pasar por un proceso específico. Al contener caucho vulcanizado, no se pueden utilizar para fabricar nuevos neumáticos, sino que en su reciclaje tienen que intervenir otras aplicaciones y otros operadores diferentes».

Pero quienes quisieran utilizar los granulados o polvo de caucho resultantes de esos proceso, debían ser gestores de residuos, y contar con las autorizaciones pertinentes, «eso suponía una dificultad para ampliar los usos y aplicaciones de estos materiales. El ejemplo más claro lo podemos ver con el proyecto en el que estamos implicados, Neomatique, con el que se elaboran complementos de moda con polvo de caucho. Para un diseñador, tener de contar con un permiso de gestor de residuos, es una circunstancia que, obviamente, puede ser disuasoria para continuar experimentando con ese material».

Es un ejemplo muy gráfico y quizá un uso minoritario de estos materiales. Pero, teniendo en cuenta que Signus gestiona más de 200.000 toneladas de neumáticos fuera de uso al año, (datos de 2021), queda claro que hacer todo lo posible para que los productos resultantes de su reciclaje sean utilizados pasaba por facilitar su manejo y comercialización. A partir de este momento, para un fabricante, «por ejemplo, de suelos de gimnasios, ya no le supone ningún problema incorporar caucho procedente de reciclaje si lo encuentra interesante».

Por ello, Leal considera que «estos materiales jurídicamente se consideraran residuos era una traba administrativa considerable. Las empresas que los utilizan ya no serán considerados gestores de residuos, porque ahora son materias primas en toda regla, ni las empresas que los transporten u operen con ellos, tienen las mismas obligaciones que cuando se trata de residuos».

Como resultado de esta novedad jurídica, también se producen otros cambios. Por ejemplo, «dejan de aplicarse restricciones para las exportaciones del caucho reciclado a países que no estén en la Unión Europea. A partir de ahora ese comercio internacional se puede hacer en condiciones equivalentes a las de otros productos».

También facilita el uso y comercialización del caucho reciclado, de manera que se puedan ampliar sus aplicaciones, de manera que «supone un incentivo muy importante para darle nuevas aplicaciones para el granulado y el polvo de caucho».

Ahora las aplicaciones industriales, que además pueden requerir cantidades importantes de caucho «como revestimientos, aislantes acústicos, sustitución de productos derivados de plásticos, son una serie de ámbitos en los esperamos que se pueda avanzar. Ahora solo es cuestión de que el mercado encuentre interesantes y competitivos estos materiales. Pero el camino está abierto», concluye Leal.