No me quedo embarazada, ¿qué puedo hacer?

El concepto parece sencillo. Sin embargo, en la práctica, a algunas parejas no les basta con tener relaciones sexuales sin protección para quedarse en estado, sobre todo cuando el reloj biológico lleva tiempo sonando. Y es que cada vez resulta más habitual retrasar la edad de ser madre, alejándose de la etapa de máxima fertilidad de la mujer: entre los 20 y los 30 años. A partir de los 35 la fertilidad de las mujeres desciende de forma importante. Algo a lo que se enfrentan la mayoría de las españolas, ya que las mujeres tienen su primer hijo más tarde que en cualquier otro país europeo, salvo en Italia: a los 31,2 años, casi dos años más tarde que la media europea.

Llegado el momento, la edad puede llegar a jugar un rol determinante. De hecho, ese deseo inmenso de formar una familia puede convertirse para ciertas parejas en un proceso difícil durante el cual algunas personas acaban tirando la toalla.

Algunas parejas que buscan quedarse en estado quieren hacerlo en el primer mes y si no lo consiguen empiezan a buscar información que no siempre es correcta. Y comienzan las dudas, los temores, el estrés... en definitiva, empiezan a tener ansiedad, lo que en algunos casos puede reducir tanto o más las posibilidades de quedarse embarazadas como la edad. Y es que el embarazo a la primera no es fácil.

El estrés excesivo y una mala dieta son dos factores que pueden impedirlo. De hecho, las mujeres con sobrepeso pueden tener alteraciones endocrinas que afecten a la capacidad de concebir. Por supuesto, el alcohol, el tabaco y las drogas son negativos a la hora de buscar un embarazo.

Por todo ello, antes de iniciar la búsqueda del embarazo es conveniente confirmar que todo funciona bien en nuestro organismo solicitando «una exploración ginecológica completa y si es posible que incluya una citología, así como una analítica de sangre. Además de informar sobre la presencia de problemas como anemia, permite saber si la mujer ha padecido o padece enfermedades como hepatitis, VIH o toxoplasmosis. En función de los resultados obtenidos, puede ser necesario pautar un tratamiento o adoptar otras medidas higiénico-dietéticas», explica Reme Navarro, farmacéutica y nutricionista de Atida I Mifarma.

Durante esta visita médica, el médico de familia, la ginecóloga o la matrona le recomendarán tomar suplementos farmacológicos habituales preconceptivos con ácido fólico y yodo, ya que favorecen las posibilidades de concebir y ayudan a conseguir un estado nutricional adecuado para el correcto desarrollo fetal en caso de éxito. Además, en el caso del ácido fólico, su ingesta es necesaria, ya que previene los defectos del tubo neural del feto en caso de éxito.

«Los suplementos alimenticios son aconsejables, aunque en ningún caso aseguran la fecundación ni reemplazan una dieta variada y equilibrada», hace hincapié la farmacéutica.

Si bien, «aumentan la fertilidad de la mujer, ya que estos suplementos alimenticios –prosigue Navarro– mejoran la calidad y cantidad de óvulos, lo cual está determinado en muchas ocasiones por la edad, sobre todo a partir de los 35 años. Por lo que el uso de suplementos alimenticios puede aumentar la calidad de los óvulos y la reserva ovárica, marcando así la diferencia entre conseguir o no un embarazo a término».

Estos suplementos deben contener, como detalla Navarro, vitaminas B, C y E (y sobre todo B9, el citado ácido fólico, y el inositol, que mejora la ovulación), zinc, selenio (previene la rotura de cromosomas, causa de abortos involuntarios y defectos en el feto), ginseng para el equilibrio hormonal y hierro.

Más allá de estos suplementos si quiere ser madre en un futuro próximo es importante mantener un estilo de vida saludable con una alimentación en la que no falten proteínas, hidratos de carbono, fruta y verdura (zanahoria, puerro, aguacate, espinacas, espárragos, coliflor, champiñón, brotes de soja, brócoli, pimientos, berenjena, alcachofa, lechuga, fresa, plátano y arándano, etc.) y hacer ejercicio regularmente.

Practicar ejercicio de forma regular tiene efectos beneficiosos a nivel cardiovascular, metabólico, endocrino, reduce el estrés, etcétera. Todo ello favorece el buen funcionamiento de nuestro organismo, lo que, indirectamente, favorece también la actividad reproductora. Pero eso no significa que una persona que haga ejercicio de forma regular sea más fértil que otra.

Ahora bien, para la fertilidad es importante mantenerse en un peso saludable, ya que un índice de masa corporal elevado (por encima de 25 y de 30) puede causar desequilibrios hormonales y de ovulación.

En el caso de la mujer, la obesidad produce una serie de desórdenes que pueden traducirse en alteraciones en el ciclo menstrual que lleven a la ausencia de ovulación. La respuesta a los tratamientos de fertilidad también se ve alterada en las mujeres obesas: las pacientes con obesidad necesitan una mayor dosis de fármacos y más días para responder a la estimulación ovárica.

Y en el caso de los varones, la obesidad también es un factor de riesgo, y no solo para desarrollar diabetes o hipertensión, sino que también aumenta el riesgo de sufrir disfunción eréctil. Además, un IMC por encima de 25 también puede afectar directamente al ADN de los espermatozoides aumentando el índice de fragmentación del mismo, y esto se traduce en una menor posibilidad de conseguir embarazo y un aumento de probabilidad de aborto.

También es importante controlar su mente para mantener unos niveles de estrés bajos; reducir el consumo de alcohol y cafeína, así como alejarse de sustancias tóxicas y químicas que puedan afectar a un posible embarazo como los pesticidas, los fertilizantes, los excrementos de gatos, etcétera.

Además, asegúrese de planificar sus relaciones sexuales en los días fértiles. En este sentido, la ovulación sucede a la mitad de su ciclo. Si su período llega puntual cada 28 días, ovulará alrededor del día 14. Su ventana fértil es un lapso de cinco o seis días que finaliza el día de la ovulación.

A su vez, los espermatozoides normalmente duran de dos a tres días en el cuerpo de la mujer, por lo que mejor una exposición temprana que tardía.

También es importante mantener relaciones sexuales cada dos días durante esta ventana fértil, ya que la calidad seminal mejora tras este periodo de descanso.

Pero, sobre todo, eviten el estrés, no solo no ayuda, sino que puede impedirles lograr su sueño.

El escaparate de Atida I Mifarma

►El complemento alimenticio Ovusitol D en sobres contiene inositol y ácido fólico, compuestos esenciales para cubrir las insuficiencias nutricionales de la mujer y preparar el organismo para el embarazo. Contribuye a regular los ciclos menstruales y mejora la fertilidad. Se recomienda su ingesta desde el momento que se está planificando el embarazo, así como durante los primeros tres meses de gestación.

►FertyBiotic contiene probióticos y los nutrientes necesarios para asegurar una buena salud uterina y aumentar la fertilidad de la mujer. Cada cápsula aporta ácido fólico, vitaminas D3, C, E, B5, B3, B12, B2, biotina, DHA, hierro, magnesio, selenio y zinc. También está indicado tomarlo durante el embarazo y durante la lactancia. Lo pueden tomar veganas, diabéticas, celíacas o intolerantes a la lactosa.

►Pileje Feminabiane Concepción es un complemento alimenticio que contiene ácidos grasos, omega 3 y todos los nutrientes y vitaminas necesarios para favorecer que las mujeres se queden en estado. Además, durante el embarazo y la lactancia, este producto es ideal para ayudar al crecimiento de los tejidos maternos. También contiene yodo, necesario para la creación de hormonas de la tiroides.

►Seidivid Plus es un complemento indicado para mujeres que estén buscando quedar embarazadas. Al contener Myo-inositol, ácido fólico y vitamina D, contribuye a la mejora de la calidad del ovocito. Además, ayuda al crecimiento de los tejidos maternos durante el embarazo y a la división celular. Por otro lado, interviene en el metabolismo de los azúcares y las grasas y ayuda a la absorción del calcio y el fósforo.

Lugar de compra recomendado: www.atida.com/es-es