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Fallos de implantación en fecundación in vitro, rejuvenecimiento y regeneración endometrial, uterina y ovárica
En el campo de la reproducción asistida se han realizado muchos avances desde que en 1978 naciera Louis Brown, la primera niña probeta. A pesar de las diferentes tecnologías aplicadas en fertilización in vitro (IVF) y transferencia embrionaria (ET), la implantación de muchos embriones no tiene éxito, y se da lugar a lo que llamamos fallos de implantación (FI)
Desde Instituto Madrileño de Fertilidad (IMF) nos explican que estos fallos se deben, principalmente, a una baja receptividad uterina por endometrio desfavorable, baja calidad ovocitaria y baja reserva ovárica.
El endometrio es el revestimiento de la cavidad uterina donde se produce la implantación del embrión. Consta de una zona basal, que permanece siempre y es la base para regenerar cíclicamente una zona funcional, la cual se transforma y regenera cada ciclo menstrual.
El éxito de la implantación embrionaria en técnicas de reproducción asistida (TRA) depende, en gran medida, del grosor endometrial. Se considera un endometrio delgado cuando mide <7mm de grosor, ya que es en este punto de corte donde se ha objetivado una disminución de la tasa de implantación y de embarazo clínico. En IMF fuimos pioneros en la valoración por ecografía y Doppler del endometrio.
Aunque se han propuesto varias opciones terapéuticas a nivel mundial, aún estamos lejos de poder tener la exacta evidencia. En IMF estamos usando técnicas de recelularización y revascularización que nos permitan una ingeniería eficaz sobre el tejido endometrial, ovárico y uterino.
El PRP (PLASMA RICO EN PLAQUETAS) es plasma autólogo cuya concentración plaquetaria es 4-5 veces superior a la que existe en sangre periférica. Es una fuente de gran cantidad de factores de crecimiento y otras sustancias como las citoquinas incluyendo PDGF (factor de crecimiento derivado de las plaquetas), TGF (factor de crecimiento transformante), VGEF (factor de crecimiento endotelial vascular), EGF (factor de crecimiento epidérmico), FGF (factor de crecimiento de fibroblastos), IGF I y II, IL-8 Y CTGF. Todos estos factores y sustancias polipeptídicas especialmente de crecimiento y provascularizantes que son capaces de regular el crecimiento, diferenciación y el fenotipo de diferentes tipos celulares, para recuperar y/o mejorar su función.
Para la preparación del PRP se realiza una extracción de sangre en vía periférica del propio paciente el mismo día de su aplicación. Debido a que los factores de crecimiento se preparan con sangre autóloga (del propio paciente), es una fuente sencilla y segura. Teóricamente no existen riesgos de contagio de enfermedades infecciosas, ni de reacciones inmunológicas o alérgicas adversas.
El PRP se usa en medicina reproductiva para mejorar la fase de implantación, basándose en la premisa de que el PRP, a través de un efecto paracrino, recluta factores de crecimiento que favorecen la decidualización, vascularización y regeneración endometrial.
En IMF, nuestra directora médica, la Dra. Garijo, en 2017 fue la primera en aplicar los PRP por histeroscopia, inyectándolos a nivel subendometrial en mujeres con escaso grosor endometrial. En este estudio presentado en el congreso americano de medicina reproductiva, se concluía que el RPR es un tratamiento potencialmente eficaz para mujeres con endometrio desfavorable. Posteriormente otros estudios mostraron que el PRP puede aumentar el grosor endometrial, mejora la implantación tanto en embriones frescos como en congelados, la consecución del embarazo y los índices de nacidos vivos en pacientes con endometrio de grosor reducido y mujeres con historia de fallos de implantación.
En centros como Instituto Madrileño de Fertilidad, recientemente, estamos empleando el PRP, inyectado a nivel del ovario para mejorar la respuesta a la estimulación ovárica y la calidad ovocitaria. Aunque los resultados son preliminares, en algunos casos hemos conseguido un mayor y mejor número de ovocitos, también más y mejores embriones.
En IMF nos mantenemos a la vanguardia de la investigación clínica y hemos iniciado una línea de investigación, para aplicar células madre obtenidas también de otros tejidos del propio paciente, como parte de una terapia de regeneración ovárica y uterina.
Con la aplicación de los factores de crecimiento obtenidos del PRP, hemos abierto una expectativa para casos difíciles y, hasta ahora, de mal pronóstico, causadas tanto por un endometrio desfavorable como por una baja respuesta del ovario.
Los PRP actúan reparando, regenerando y rejuveneciendo el tejido endometrial y ovárico, abriendo una ventana de oportunidad para estos casos que suponen un reto clínico dentro del campo de la medicina de la reproducción asistida, y para continuar así ayudando cada día a más mujeres a conseguir su sueño de ser madres.
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