Vinos
Bodegas Hnos. Pérez Pascuas: 45 años de historia, pasión y legado
La bodega familiar celebra su 45 aniversario con una edición muy especial de su Viña Pedrosa Gran Reserva 2019 y una mirada que une historia, arte y futuro. Todo bajo un lema que lo resume todo: “El legado de una vida”.
En el corazón de la Ribera del Duero, cuando aún nadie imaginaba el potencial vinícola de estas tierras, una familia decidió apostar por el viñedo como forma de vida. Era 1980, la Denominación de Origen ni siquiera existía y mientras muchos arrancaban cepas para plantar cereal, los hermanos Pérez Pascuas miraban al horizonte con una convicción firme: aquí podían nacer grandes vinos. Hoy, 45 años después, esa visión se ha transformado en una historia ejemplar de esfuerzo, raíces y excelencia.
Todo empezó con Mauro Pérez, que legó a sus hijos 17 hectáreas de viñedo en vaso en Pedrosa de Duero, Burgos. Pero el verdadero legado fue otro: el respeto por la tierra, el trabajo constante y la honestidad. Con esos valores, los hermanos fundaron Bodegas Hnos. Pérez Pascuas, iniciando un camino que ha combinado tradición y vanguardia, y que ha convertido a Viña Pedrosa en sinónimo de calidad y personalidad dentro y fuera de nuestras fronteras.
“Fundamos la bodega con la ilusión de quedarnos en nuestro pueblo y de vivir de lo que amábamos. Muchos se iban a buscar un futuro fuera, pero nosotros apostamos por quedarnos, por la calidad y por el vino. No fue fácil, pero esa fidelidad a nuestros principios es lo que nos ha traído hasta aquí”, explican desde la familia.
Pioneros antes que la D.O.
En 1980, apostar por un vino de guarda en una tierra aún sin reconocimiento oficial fue casi una declaración de principios. Y la historia dio la razón: hoy, la Ribera del Duero es una de las regiones vitivinícolas más prestigiosas del mundo, y Bodegas Hnos. Pérez Pascuas una de sus referencias más sólidas y respetadas. “Éramos pocos, pero con una fe enorme en esta tierra. Y hoy, al ver lo que se ha conseguido, sentimos un orgullo inmenso por haber contribuido a esa historia”.
Desde entonces, la bodega ha crecido con paso firme: cuenta con más de 130 hectáreas de viñedo propio, certificado como ecológico, y una producción de 600.000 botellas anuales centrados en tintos de guarda 100% Tinta del País. La marca Viña Pedrosa ha acompañado esta evolución con etiquetas reconocidas en más de 50 países.
Pero lo esencial no ha cambiado: una familia que vive el vino como filosofía, cuida cada cepa con la misma dedicación de siempre y sigue mirando al futuro con los pies firmes en su historia.
Una celebración con alma
Para conmemorar este 45 aniversario, la bodega ha preparado una edición muy especial de su Viña Pedrosa Gran Reserva 2019, que lleva por nombre “El legado de una vida”. Más que un vino, esta edición limitada es una declaración de identidad. Un homenaje líquido a los valores que han guiado a esta familia durante casi medio siglo.
Pero la celebración va más allá del vino. La bodega ha querido que esta efeméride hable también a través del arte, con una obra conmemorativa del escultor Cristino Díez, creador profundamente vinculado a la tierra burgalesa. Su pieza establece un diálogo simbólico con el vino desde un concepto compartido: la permanencia, uniendo la memoria del pasado con la mirada hacia el futuro.
El homenaje se extiende, además, a uno de los grandes símbolos del origen humano y la memoria colectiva: el yacimiento de Atapuerca. Una conexión que no es casual, sino profundamente intencionada. Porque hablar de legado es hablar de origen, de lo que permanece cuando todo cambia. Y eso es lo que representan tanto el arte como el vino: testigos del tiempo, capaces de emocionar, perdurar y contar historias.
Orgullo por lo logrado, ilusión por lo que vendrá
Cada botella de Viña Pedrosa encierra mucho más que un gran vino. Es el reflejo de una forma de entender la vida. De una viticultura que respeta los ritmos naturales y que cree en el trabajo bien hecho.
El futuro se construye mirando al pasado, y por eso Bodegas Hnos. Pérez Pascuas mantiene viva la esencia que les ha traído hasta aquí. Su deseo es claro: seguir haciendo vinos que emocionen, seguir cuidando la tierra con la misma pasión, y seguir compartiendo cada copa como un acto de celebración.
En palabras de la familia: “Queremos que las próximas generaciones sientan el mismo orgullo que nosotros al mirar atrás. Que el vino siga siendo motivo de encuentro, de celebración y de vida. Porque los verdaderos legados no solo se heredan. Se comparten”.
Así, entre historia, raíces y alma, Bodegas Hnos. Pérez Pascuas celebra sus 45 años como lo ha hecho siempre: fiel a sí misma, a su tierra y a una forma de entender el vino que trasciende el tiempo. “Crecer sin perder nuestras raíces siempre fue nuestro objetivo. Hoy, podemos decir con orgullo que lo hemos logrado.”