Empleo y discapacidad: la historia de José Manuel y Xiana

Dice Xiana que le gustaría trabajar más horas. Que antes de empezar en su nuevo empleo no confiaba tanto en sí misma. Que cuando suena el despertador, se levanta como un resorte de la cama. Que en los trayectos de camino a su puesto de trabajo va feliz, contenta. Que ahora que la han hecho indefinida está “eufórica”. Y que, a la vez, se está sacando dos oposiciones, una de ellas para celadora del sistema sanitario gallego.

Cuenta José Manuel que cuando comenzó a trabajar, hace un año, estaba nervioso. Pero que “eso pasa en todos los trabajos” y ahora se siente más capaz. Dice que este 2023 ha sido para él “un año fantástico”, en el que ha conseguido dos empleos que compagina en la actualidad, y eso “me parece espectacular”.

Lo es. Porque las personas con discapacidad intelectual, como ellos, todavía siguen enfrentándose a una barrera enorme a la hora de encontrar trabajo. “Las cifras son aproximadas porque no hay un registro oficial, pero la tasa de inserción laboral en empleos ordinarios en el caso de personas con discapacidad intelectual es muy baja, llegará al 5-6% de la población activa; al 20-22%, si se cuentan las estructuras laborales protegidas, como los centros especiales de empleo”, apunta Agustín Matía, director gerente de DOWN España. “Claramente, los datos nos dicen que tenemos un importante desafío de inserción laboral”.

Xiana Moreira y José Manuel Piñán son un ejemplo, porque forman parte de las 21 personas con discapacidad intelectual que desde 2022 se han beneficiado del convenio de colaboración suscrito entre DOWN España y Repsol. Ahora tienen un contrato laboral y, cada día, demuestran en las estaciones de servicio de A Coruña y Pontevedra que las personas con este tipo de discapacidad aportan un gran valor a las empresas en las que trabajan.

Sus jefas dicen que no se imaginan el día a día sin ellos. “Hemos decidido hacer fija a Xiana porque es un apoyo fundamental para nosotros. Si no estuviera, andaríamos mucho más apurados. Nos ayuda mucho, y verla a ella tan agradecida y motivada… Somos un equipo. Y Xiana nos hace la vida más fácil en la estación”, afirma Sandra Pérez, encargada de la gasolinera de Pontevedra.

“José Manuel nos ayuda en la limpieza, la reposición y el control de caducidades. Pone siempre todos los productos de nevera con las etiquetas por delante, y eso me gusta mucho. Es muy meticuloso. Sabe lo que tiene que hacer y está totalmente integrado. Con el equipo ha encajado perfectamente”, celebra Tamara Hervella, encargada de la estación de servicio de Eirís. Su trabajo también ha sido valorado por los clientes. La coordinadora explica que la puntuación en limpieza de la estación ha aumentado desde que José Manuel está con ellos. Y lo mismo en el caso de Xiana.

Por no hablar de la labor de visibilidad que proporcionan. “Que se les vea trabajar es ideal, pero además las empresas descubren que contratar a una persona con discapacidad intelectual tiene muchas más ventajas”, argumenta el director gerente de DOWN España. “Realmente hay un beneficio en el clima laboral interno, confirmado por estudios científicos. Los demás solemos perdernos en nuestra propia rutina; y, a lo mejor, una persona con discapacidad intelectual te recuerda que necesitas reparar en lo importante. Tienen un factor humanizador que impacta. Todas las empresas te lo dicen”, asegura.

Sin embargo, aún faltan por sortear algunas barreras. Para Matía, la más fundamental es la aplicación de políticas públicas que apoyen la inserción laboral ordinaria de este colectivo, aunque se muestra optimista. Con el tiempo, dice, las vidas de más personas como Xiana y José Manuel, cambiarán para siempre. “Estoy seguro de que conseguiremos que el Empleo con Apoyo esté más consolidado. Lograremos que muchas más personas con discapacidad intelectual estén trabajando”. Hasta entonces, “cada puesto de trabajo es una victoria”.