La nueva cocina coreana del restaurante Atomix en Nueva York

Si te decimos Atomix, quizá pienses que nos referimos a un concepto que deriva de la palabra “atómico”. En realidad, nos referimos a un juego de palabras que mezcla “Ato” (regalo en coreano) y mix (mezcla). Da nombre a un restaurante en Nueva York que, te aseguramos, no te va a dejar indiferente. En este espacio gastronómico, vas a sorprenderte (y mucho) con la cocina innovadora que han creado el chef Junghyun y su mujer, la gerente del restaurante Ellia Park.

La gastronomía coreana e irrepetible de Atomix

Como no podía ser de otra manera, comenzamos hablando de su gastronomía, ganadora de dos estrellas Michelín. La propia guía se refiere al restaurante de esta manera: “Los platos son delicados, pero satisfactorios y muestran una delicadeza y detalles extraordinarios. El banchan solo alertará de que algo especial está sucediendo aquí y si es decapado, curado, fermentado o asado, se trata de un dominio de todas las técnicas. Y los ingredientes, ya sea el abulón australiano, Hokkaido uni o Wagyu de Miyazaki, son igualmente ejemplares. Para complementar el servicio exquisito, se presentan tarjetas personalizadas que explican la estética de cada plato y la inspiración detrás de cada uno”.

Lo más destacado de Atomix es su menú degustación, compuesto por diez platos inspirados en las tradiciones y técnicas coreanas. Algunas de las delicias que no puedes perderte en este restaurante son, por ejemplo, el exquisito caviar que ofrecen, los generosos besugos o las anguilas caseras. Pero si quieres terminar de poner el broche de oro, el helado hará las delicias de los más sibaritas. La extensa carta de vinos ofrece una gran variedad de estos, en una mezcla de productores clásicos y vanguardistas procedentes de partes selectas de todo el mundo e inspirados en el sabor de su original cocina.

Un diseño de interiores que no habías visto antes

Atomix es una oda al buen gusto. Con una estética minimalista y rompedora, bebe de la inspiración decorativa coreana en una mezcla de líneas limpias, oscuras y sobrias. Predominan los tonos ocres, los cuencos y palillos artesanales y el amor por las piedras naturales. Posee numerosas referencias a la naturaleza en estado puro en un ambiente que te costará olvidar.