Hemos hecho parada en los restaurantes de Chanel, Hermès, Dolce&Gabanna o Adolfo Domínguez. En nuestro afán por recorrer los lugares hosteleros de las grandes casas de moda, nos vamos hasta China para conocer la cafetería de una gran diseñadora.

La británica Vivienne Westwood es todo un icono en el mundo de la moda. Pero su historia comenzaría en los setenta, cuando abrió una tienda en el 430 de la londinense King’s Road que se convirtió en el top de la antimoda alzando a la diseñadora en un verdadero símbolo de la ola punk. Una moda reivindicativa y provocadora como la que nos presenta en nuestros días, pero mucho más cuidada tanto en forma como en mensaje. Aún así, ese espíritu rebelde nunca ha muerto.

Una trayectoria talentosa en el mundo de la moda que se tenía que ver reflejada, también, en el mundo de la hostelería. Shanghái fue la ciudad elegida para levantar la cafetería Vivienne Westwood. El espacio se divide en dos salas con atmósferas muy distintas. Por un lado, encontramos una sala inspirada en los estudios de fotografía y, por otro, una sala de té inspirada en el siglo XVIII, que se decora con sillas y mesas de madera. Por supuesto, no podía faltar la clásica y elegante vajilla londinense. Una vajilla perfecta para presentar algunas delicias de la repostería clásica que puedes acompañar con tés y cafés de todo el mundo.

Una cafetería que en apariencia es muy sencilla. No hace alarde de grandes letreros ni estética punk, pero el nombre de la diseñadora y el logo de la marca están presentes por doquier. Rebeldía sencilla, sin ostentaciones.

Reflejo de todas las inspiraciones de la marca es esta cafetería, que viaja al pasado para traer lo mejor al presente.

Vivienne Westwood Café. 300 Huaihai Zhong RoadLuwan District, B3 Shanghái China