Gastronomía

90 años de maestría y, como resultado, Torres Alta Luz: El primer brandy cristalino

Un brandy carente de color que sigue siendo igual en calidad, o mejor, que el de siempre.

Torres Alta Luz
Torres Alta LuzTorres BrandyTorres Brandy

Torres Brandy es, desde 1928, sinónimo de excelencia en la elaboración de brandy añejo de calidad, cuya sede está en Barcelona. Desde sus inicios destaca por destilar vino y envejecerlo en las barricas de roble que le otorgan su característico color marrón, proceso con resultados impecables por los que ha obtenido reconocimientos internacionales.

Ahora, el fabricante español de este aguardiente, es también pionero en la creación del primer brandy cristalino, lo que le ha costado 90 años de trabajo e innovación constante hasta dar con la clave de la exclusividad.

Torres Alta Luz, marcará un antes y un después en la historia del brandy. Está elaborado 100% con uva transparente con destellos de luz brillantes. El proceso de fabricación comienza con el sistema tradicional de doble destilado en alambiques y, después, se añeja en barricas de roble francés, pero lo que le aporta diferencia del resto y le aporta su peculiar color translúcido, viene después del añejamiento.

Este excepcional brandy se somete a un filtrado mineral especial que le permite conservar su sabor puro, afrutado y delicado, así como su madurez, pero que también elimina y «lava» el característico color marrón del licor tradicional llevándole a un nivel más de sofisticación.

Su característica principal, además de ser incoloro, es el aroma frutal dulce que le aporta la uva. En un primer reconocimiento, se aprecian las notas herbáceas y cítricas que porta Torres de Alta Luz. La delicadeza de los toques de vainilla y miel que se matizan en el fondo hacen que, en boca, se sienta ligero y suave aun teniendo un 36% de graduación alcohólica.

700 ml de la mezcla perfecta de ingredientes cuidadosamente seleccionados pasa a ser envasada en una botella creada por la empresa de diseño italiana Robilant Associati. Un empaque de cuello largo hecho en cristal que, por los rombos en relieve que la decoran, bien podría recordar a un diamante, hecho que hace que, Alta Luz en todo su conjunto, deslumbre. Los pequeños detalles están diseñados en color negro y plata.

Para disfrutar de su sabor en su máxima expresión, nada mejor como tomarlo solo, con un cubito de hielo. ¡Chin, chin!