Gastronomía

Así es la primera bodega española en obtener el “emblema verde” de la guía Parker. ¡Y solo lo tienen 24 bodegas en el mundo!

Este distintivo ensalza a aquellas personas que respetan el medio ambiente mediante sus prácticas, y la bodega Descendientes de J. Palacios, de Álvaro Palacios y Ricardo Pérez Palacios en el Bierzo, es un ejemplo de ello.

Descendientes de J. Palacios
Descendientes de J. PalaciosAlvaro Fern�ndez PrietoDescendientes de J. Palacios

Tan solo 24 bodegas en todo el mundo pueden presumir de contar con el exclusivo “emblema verde” de la guía Parker. Bien, pues la bodega Descendientes de J. Palacios puede proclamarlo bien alto. Un gran hito en la historia de la viticultura de España.

Se trata de la primera bodega española en obtener el nuevo certificado Robert Parker Green Emblem, de la prestigiosa publicación norteamericana The Wine Advocate-Robert Parker, que reconoce la viticultura respetuosa y la elaboración sostenible.

Este distintivo ensalza a aquellas personas que respetan el medio ambiente mediante sus prácticas, y la bodega Descendientes de J. Palacios, de Álvaro Palacios y Ricardo Pérez Palacios en el Bierzo, es un ejemplo de ello. Para conocer los orígenes de esta bodega, tenemos que viajar en el tiempo. Más concretamente hasta 1999 en Corullón (León). Estos bodegueros de origen riojano defienden la sostenibilidad y el cultivo tradicional, basado en unas disciplinas vitícolas biodinámicas y ecológicas que protegen el paisaje y la biodiversidad.

Y es que para Palacios, la protección del viñedo es esencial para la calidad del producto final. Tanto es así, que es presidente de la Asociación de Paisajes y Viñedos de España. Nos cuenta que “el respeto medioambiental y la protección de la biodiversidad son imprescindibles para elaborar vinos más ricos, finos y puros que expresen su origen con transparencia y enlacen la magia de la naturaleza transformada en encanto y belleza dentro de nuestra copa, además de mantener el terruño sano y vivo”.

Y continúa: “Paradójicamente, la gran amenaza que está sufriendo el viñedo español en este momento es la invasión desmedida de instalaciones de centrales eólicas. España quiere producir la mayoría de esta energía que Europa subvenciona, mientras que Francia, por ejemplo, conoce sus consecuencias en el mundo rural. Esto, además de generar una tasa de mortalidad de las aves altísima, destruye por completo el ecosistema y el futuro de la riqueza paisajística de las regiones vinícolas de nuestro país. Si no se controlan este tipo de instalaciones y se tienen en cuenta sus consecuencias medioambientales, el valor del territorio vitícola quedará reducido a mínimos, el interés de los importadores y enoturistas desaparecerá y el intento de fijar población en el medio rural fracasará por completo”.