Movilidad
Nueva inyección de vitaminas para el Rolls-Royce Ghost Black Badge
El 27% de los vehículos que la marca vende en todo el mundo son ya modelos Black Badge. Esta nueva versión del Ghost ofrece más potencia, un estilo mejorado y mayor dinámica.
El Black Badge se unió a la gama de Rolls-Royce en 2016, primero sobre el coupé Wraith, seguido por el convertible Dawn y el SUV Cullinan, y luego con la última generación del sedán Ghost. Han pasado cinco años y el acabado Black Badge sigue siendo enormemente exitoso para la compañía; Rolls-Royce dice que el 27% de los vehículos que vende en todo el mundo son ahora modelos Black Badge.
Con ese éxito en mente, el nuevo y muy mejorado Ghost es el último coche en recibir el tratamiento más siniestro. Se trata del Rolls-Royce Ghost Black Badge 2022, y se basa en el éxito de los modelos Black Badge anteriores añadiendo más potencia, un estilo mejorado y una mayor dinámica mejorada.
El motor del Ghost Black Badge es el mismo V12 de 6,8 litros con doble turbocompresor del modelo base. Pero ahora ese motor ofrece 592 CV y 900 newton-metros, una mejora de 29 CV respecto al Ghost básico. Está acoplado a una caja de cambios ZF de ocho velocidades renovada con un modo “Low” -el equivalente al Sport de Rolls-, que lo nutre de un 50% más de potencia.
Asimismo, los ingenieros de esta nueva versión han modificado la suspensión para ayudar a reducir el balanceo de la carrocería y han hecho la dirección más fuerte para otorgar una mayor capacidad de respuesta. Otras características novedosas son sus llantas de 21 pulgadas de radios altos con un barril de fibra de carbono que consta de 22 capas; o su parrilla frontal, iluminada por lamas verticales con 152 luces LED.
La chapa metálica se cubre con un nuevo tono “negro característico” que, según Rolls-Royce, es el más oscuro de toda la industria. Comienza con 45 kilos de pintura que la empresa atomiza antes de aplicarla (dos veces) al coche, y cuatro empleados la pulen a mano. Este proceso tarda entre tres y cinco horas en completarse y da como resultado esa impresionante profundidad.
Además del negro puro, los compradores pueden personalizar el exterior de su Ghost Black Badge con hasta 44.000 tonos diferentes, contando las pinturas bitono, por supuesto. Y como en todos los modelos Black Badge anteriores, Rolls-Royce ha oscurecido todas las insignias exteriores, desde el Espíritu del Éxtasis en el capó hasta el doble monograma “R” en la parte trasera.
El revestimiento del techo del Shooting Star sigue siendo la estrella del interior, pero el modelo Black Badge cambia el motivo iluminado “Ghost” del salpicadero del lado del pasajero por un logotipo del infinito Black Badge. ¿El precio? La opción Black Badge supone un coste adicional de 43.000 dólares (aproximadamente 37.000 euros) sobre el Rolls-Royce Ghost estándar, que parte de 332.500 dólares (285.000 euros).
Los compradores interesados en llevarse a casa un flamante Ghost Black Badge ya pueden empezar a encargar sus coches.
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