¿Adivinas quién tiene la joya más cara de la Corona? No es ni la Reina Letizia ni Doña Sofía

A lo largo de la historia, las diferentes casas reales del mundo han tenido en su posesión las joyas más impresionantes del mundo. Ya sea por vanidad, caprichos de reyes y reinas, instrumentos de poder, o todo junto.

La más famosa del mundo seguramente sea la Imperial Crown State, la corona británica, y su conocido diamante Cullinan, de 317 quilates. Conocidas son también la Gran Corona Imperial de los zares rusos y su cetro de 1784. ¿Y qué hay de la Casa Real Española? ¿Cuál es su joya más valiosa? Y lo más importante de todo: ¿quién la tiene?

No sería raro suponer que esté en posesión de la reina Letizia o doña Sofía, pero no es así. Ninguna de las dos mujeres más representativas de nuestra corona la ha lucido. El portal Jewellerybox ha publicado un estudio en el que destaca las 47 piezas más caras de las monarquías mundiales. Y en el vigésimo sexto puesto de ese ranking, copado por las joyas de la colección de los Windsor, aparece un collar que la infanta Elena recibió como regalo de su boda con Jaime de Marichalar en 1995.

Se trata de un collar de rubíes, esmeraldas, zafiros y diamantes montados en oro que tiene un precio de 3,5 millones de euros. Una pieza que la infanta Elena ha lucido en tres ocasiones: en la unión entre el príncipe Felipe de Grecia y Nina Flohr, en las bodas de oro de la reina Isabel II y el duque de Edimburgo en 1997 y en el enlace entre la princesa Alexia y Carlos Morales en 1999.

En esta lista de Jewellerybox aparecen dos joyas más de nuestra corona: dos tiaras legendarias. La tiara flor de lis, valorada en 2,9 millones de euros es la favorita de la reina Letizia. Se trata de un regalo del rey Alfonso XIII a Victoria Eugenia de Battenberg con motivo de su boda en 1906 y el grabado de la flor de lis, emblema de la dinastía borbónica, es el protagonista. Cuenta con 450 diamantes y 10 perlas que pasaron de Sofía a Letizia en 2014, con la abdicación del rey emérito.

La segunda y última tiara es la prusiana, valorada en 2,3 millones de euros.Doña Sofía la lució en su boda y se la prestó a Letizia para la suya. Realizada en platino, brillantes y diamantes, es un regalo de Federica de Hannover a su primogénita con motivo de su unión con Juan Carlos I, aunque en origen fue un encargo del káiser Guillermo II y la emperatriz Victoria Augusta como regalo de boda a su única hija, la princesa Victoria Luisa de Prusia (abuela materna de doña Sofía).