Descubrimos el superyate del dueño del Tottenham

El mayor accionista del club de fútbol Tottenham es un empresario muy conocido por sus negocios, pero dentro del sector de los yates es envidiado por otros propietarios debido a la joya de la navegación de la que dispone. Joe Lewis es el dueño del ‘Aviva’, un lujoso buque que fue construido especialmente para cumplir con sus expectativas y ya vamos avisando de que no son bajas.

A sus 83 años, el británico tiene la quinta fortuna más importante del Reino Unido, por lo que puede invertir una parte de sus ahorros en darse un capricho al alcance de muy pocas personas. En concreto, el multimillonario destinó nada menos que 140 millones de dólares en la construcción de esta embarcación, un proceso que se llevó en secreto hasta su entrega en 2017.

El diseño fue encargado personalmente al estudio británico Reymon Langton Design, que otorgó al barco un estilo moderno y elegante en tonos azules, y su construcción se realizó en el astillero alemán Abeking & Rasmussen.

Así es el superyate de Joe Lewis

Con unas dimensiones de casi 100 metros de eslora y 17 metros de manga, que le metieron de lleno en la lista de los 50 yates más largos del mundo, el buque de Lewis es difícil de igualar. Tiene capacidad para 16 viajeros y una veintena de tripulantes y su velocidad de crucero es de 14 nudos.

Aunque las características técnicas del navío son más que adecuadas para un buque de su calidad y precio, lo que asombra especialmente es su único interior. Gracias a su tamaño, el barco pudo cumplir uno de los principales deseos del empresario: contar con una pista de pádel.

Esta cancha es la primera cercana al tamaño reglamentario de pista que se instala en un yate, con 20 metros de largo, 10 de ancho y 6 de altura. El espacio es tan grande que puede despejarse y utilizarse para otras actividades deportivas, como el tenis o el fútbol. Además, dentro del navío hay gimnasio, sala de cine, sala de reuniones, dos comedores y siete suites con baño incluido.

Con estas características no es de extrañar que el empresario pase buena parte de su tiempo viajando en este megayate, llevando su particular hotel navegable a cada sitio al que puede.