Comunidad de Madrid
Madrid, discriminada en las ayudas estatales al alquiler
Es una de las autonomías con mayor número de jóvenes, tiene precios de alquiler más altos pero el presupuesto del Estado es similar al de otras comunidades
Conseguir una casa de alquiler a un precio asequible se ha convertido en una misión casi imposible en Madrid. Y si, además, se trata de lograr ayudas para aliviar la carga económica que supone al mes un desembolso para este fin, aún más. Un total de 4.205 madrileños han recibido un SMS estos días anunciándoles que han resultado agraciados con las ayudas al alquiler que se convocaron el pasado mes de mayo en el marco del Plan Estatal 2018-2021 y que ahora se han dado a conocer. De ellos, 2.168 son jóvenes menores de 35 años. Otras 2.037 ayudas han sido concedidas para grupos considerados «preferentes». Es decir, mayores de 65 años y familias numerosas. Pero eso significa que 24.287 personas, de un total de 28.492 que lo solicitaron, se han quedado sin posibilidad de acceder a estas subvenciones que forman parte del Plan Estatal de Vivienda 2018 y van a ser concedidas a través de la Consejería de Vivienda y Administración Local. En este caso, la Comunidad aporta un 15% del presupuesto total y la gestión del mismo. De hecho, para este fin se destinan 17 millones de euros.
Los afortunados que han visto su nombre en la lista definitiva de beneficiarios y que básicamente son jóvenes, mayores y familias numerosas han tenido que demostrar que el precio de su alquiler no supera los 600 euros aunque, en algunos casos, como Madrid capital, podrá incrementarse hasta los 900 euros mensuales. Lo cierto es que las ayudas pueden suponer hasta el 40 por ciento de la renta de alquiler. Sin embargo, Madrid es una de las comunidades más perjudicadas en el reparto de las ayudas a la vivienda concedidas por la Administración central, ya que es de las más caras en cuanto a precios de alquiler y la que tiene a más jóvenes entre los que solicitan las peticiones pero tiene un presupuesto similar al de otras autonomías. De este modo, los más necesitados son los que acaban recibiendo las ayudas.
Así, por ejemplo, mientras que Madrid tiene 6,6 millones de habitantes, cuenta con un presupuesto de 17 millones de euros, mientras que Castilla y León, con un tercio de los residentes que tiene la Comunidad (2,3 millones) tiene asignado un presupuesto de 15.288.300, lo que permite que haya el doble de beneficiarios con alquileres de precio más bajo. Otro caso es el de Castilla-La Mancha, con un tercio de los habitantes que tiene Madrid (dos millones) pero un presupuesto mayor, que sobrepasa los 22 millones.
A esta circunstancia se añade que , aunque las ayudas al alquiler alcanzan hasta el 50 por ciento de la renta mensual, un piso con un precio mensual de 600 euros no tiene las mismas características ni calidades que el que otro ciudadano pueda alquilar en comunidades como Castilla y León. Y es que no es lo mismo acceder a un piso de 600 euros mensuales en la capital madrileña, donde el precio medio es de 16 euros el metro cuadrado, o en la Comunidad (al precio de 14,7 euros) que en Andalucía, donde está a 8,5 euros. En Castilla y León está más bajo aún y llega a los 6,5 euros, o en Castilla-La Mancha, a 5,4 euros metro cuadrado, según el informe de precios en alquiler de España de portales inmobiliarios como Idealista.
Perspectiva de familia
Según ha informado la Consejería de Vivienda y Administración Local, las subvenciones tienen como objetivo ayudar a cualquier persona física mayor de edad incluida en determinados sectores de población que se consideran más vulnerables.
Pero si hay un aspecto en el que la Comunidad de Madrid pondrá especial acento es en beneficiar a las familias. «La Comunidad de Madrid tiene un claro compromiso con las familias y su acceso a la vivienda y el Gobierno regional está tomando medidas para incidir en ambos», asegura el consejero de Vivienda y Administración Local, David Pérez. «Nos hemos propuesto hacer política de vivienda desde la perspectiva de familia y eso significa que decisiones que se tomen, planes que se hagan, programas que se pongan en marcha, los presupuestos que se configuren, todo tiene que estar visto desde la perspectiva de familia». Y es que Pérez entiende que «las familias tienen unas necesidades especiales y, en concreto, las numerosas, en un momento como éste que vivimos un invierno demográfico muy grave y ellas son las que hacen una aportación fundamental para el reemplazo».
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