Coronavirus

Psicólogos en primera línea contra el coronavirus: los que cuidan a quienes nos cuidan

La atención psicológica es vital para la salud de los profesionales sanitarios que trabajan en Ifema y soportan largas jornadas de trabajo, así como para los familiares que no pueden ver a los enfermos

El hospital con capacidad para más de 5.000 camas que se ha habilitado contrarreloj en el pabellón cinco de Ifema (y que en los próximos días se extenderá a otros dos más) se ha convertido en el epicentro del coronavirus en España, en el símbolo de la esperanza que se renueva con cada nueva alta y a la vez en el emblema que refleja la cara más cruda de la pandemia que está asolando a todo el mundo, a todo el país y, más en concreto, a la Comunidad de Madrid, y que se está cebando con la población más vulnerable. Con los hospitales colapsados, las salas de urgencias saturadas y los profesionales sanitarios exhaustos y sin equipos de protección, se hace más necesario que nunca que los médicos, las enfermeras y los auxiliares tengan también a alguien que los cuide, más aún en ese hospital de campaña cuyas imágenes han sobrecogido a España. Ese papel corresponde los profesionales que trabajan en Psicología Clínica, un equipo que ya se ha desplazado a la Feria de Madrid bajo la estrecha coordinación del Summa 112. Se trata de un servicio de atención las 24 horas que se divide en guardias. De hecho, algunos miembros siguen buscando voluntarios para fortalecer la atención a los sanitarios, tal y como se puede ver en las cuentas personales de algunos de sus efectivos en las redes sociales.

«En esta situación de estrés, de sobrecarga emocional, podemos llevar a cabo diferentes medidas. La primera de ellas va a ser parar, algo que nos cuesta mucho a los profesionales sanitarios, pero tenemos que tomarnos esos cinco minutos para nosotros», explica Marta Calderón, una de las psicólogas destinadas en Ifema. El segundo factor fundamental pasa por apoyarse en el resto del equipo, que, como dice ella, es «como un equipo de lucha»: «Tenemos que compartir esa emoción con los profesionales sanitarios. Por favor, pedid ayuda, os necesitamos y os necesitamos bien. Sabemos que están saturados y que les cuesta mucho parar. Por favor, dejadnos ayudaros», reclama. Porque, como ella misma explica, los sanitarios están viviendo estos días «emociones extremas» y muy cambiantes. «El trabajo de nuestros compañeros es impresionante», afirma rotunda Calderón.

Pero su papel no se limita solo a cuidar a aquellos que nos cuidan, sino que también van a prestar especial atención tanto a los pacientes como a los familiares que están sufriendo la convalecencia de sus seres queridos de la distancia. «Con los familiares la atención es un pilar fundamental y la responsabilidad que sentimos es enorme. Además, tienen que lidiar con la ansiedad por el aislamiento y la impotencia.

Así, su objetivo principal es que todos los que se han visto implicados en esta crisis sanitaria aprendan a convivir con la gran cantidad de estados de ánimo que van a experimentar en periodos de tiempo muy cortos: miedo, enfado, angustia o tristeza.

Una situación cambiante

Por eso, es importante hacer frente a una situación que puede cambiar de la noche a la mañana. «Hay que ser dinámicos, no podemos ser rígidos. Tenemos que ir abordando las diferentes situaciones según van ocurriendo», concreta Calderón. También ésa es la razón por la que el equipo de psicólogos desplazados en Ifema no se quieren aventurar a decir qué ocurrirá cuando todo esto pase, entre otras cosas porque nadie sabe cuándo llegará ese ansiado momento.

De momento, se apoyan en el trabajo que llevan haciendo los psicólogos clínicos en los hospitales desde hace un mes, desde el momento en el que se detectó el primer caso de coronavirus en España. «Estamos coordinados con ellos para montar el dispositivo», afirma. Porque, al final, es un trabajo en equipo.