Coronavirus

La incertidumbre de la “fase 0,5” no le sirve a los negocios madrileños

La mayoría de los establecimientos no sube la persiana y los que lo hacen denuncian la falta de información fiable: “La gente no sabe si puede venir cuando quiera o solo en las franjas horarias”

Los comercios pueden abrir desde hoy sin cita previa y hacer rebajas
MADRID, 18/05/2020.- Una mujer prepara una tienda para su apertura este lunes. Los comercios de las comunidades que siguen en fase 0 (Madrid, Barcelona y amplias zonas urbanas de Castilla y León) pueden abrir desde hoy sin cita previa y, además, todos las tiendas podrán finalmente hacer rebajas, siempre que no se generen aglomeraciones, algo que ha sido recibido por el sector con una satisfacción "contenida". EFE/J.J. GuillenJ.J.GuillenEFE

Hoy Madrid ha dado un paso tímido hacia la nueva normalidad, un salto adelante más pequeño que el de otros muchos territorios de España. Y lo ha hecho con muchas dudas. Aunque la región continúa en la fase 0 de desescalada, el pasado viernes, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, anunciaron que, pese a rechazar la petición del Ejecutivo que encabeza Isabel Díaz Ayuso para pasar a la fase 1, aprobarían concesiones tanto para Madrid como para Barcelona y Castilla León, los que ahora mismo están a la cola en el camino para dejar atrás el confinamiento.

Y como todo lo que ha anunciado el Gobierno central hasta ahora, esta improvisada “fase 0,5” ha generado muchas dudas. Y las dudas no son amigas de los negocios. Un paseo por Madrid basta para ver que este alivio es insuficiente: calles vacías y la mayoría de comercios aún cerrados. Ese medio punto aún no se deja notar.

“Aún tengo en la mente las imágenes de cómo estaba la calle en Navidad", cuenta a LA RAZÓN una empleada de una zapatería de la calle del Carmen. Esta vía, junto a su vecina Preciados, constituye uno de los principales ejes comerciales de la capital pero, pese a que el comercio minorista ya puede tener sus persianas levantadas sin necesidad de que los clientes acudan con cita previa, aún no ha recuperado ni de lejos el bullicio habitual de la mañana de un día laborable. A media mañana, apenas un par de personas se cruzaban en sus aceras.

“Creo que la gente tiene muchas dudas. Se supone que pueden venir a un comercio a cualquier hora pero a pasear solo pueden salir en las franjas horarias establecidas. Tienen miedo a recibir una multa y prefieren quedarse en casa. La falta de información nos está haciendo mucho daño”, cuenta un empresaria, que pese a eso afronta la vuelta a esta nueva rutina con ilusión y optimismo, más aún después de pasar dos semanas viendo cómo los gastos de su negocio no paraban de crecer mientras los beneficios se estancaban en el cero.

Sin embargo, sí que hay un tipo de negocio que incluso ha registrado colas a las puertas: las mercerías. No en vano, en tiempos de crisis cobra aún más importancia el material destinado a hacer arreglos a la ropa, o bien las prendas de primera necesidad, como la ropa interior o los calcetines. Uno de los establecimientos de este tipo con más solera de la capital está en la céntrica plaza de Pontejos, a apenas un minuto andando de la Puerta del Sol. Allí, la fila de personas que espera a una distancia más que prudencial dobla la esquina.

Después de acostumbrarse a ver las puertas cerradas a cal y canto, Madrid encara tímido la apertura de sus negocios. Los pequeños empresarios reclaman la ayuda de la población para salir de esta crisis. “Yo lo tengo claro, el dinero lo voy a dejar en los comercios de mi barrio”, dice decidida una mujer. Las pymes y autónomos confían en que las promesas se hagan realidad.