Educación

El «aprobado general» hunde las academias de apoyo

Algunas ya han cerrado y otras podrían hacerlo en los próximos meses por la falta de alumnos y de espacio para mantener la distancia social

Las academias de apoyo han visto reducido su alumnado por la crisis sanitaria y muchas están abocadas al cierre
Las academias de apoyo han visto reducido su alumnado por la crisis sanitaria y muchas están abocadas al cierreConnie G. SantosLa Razón

Sufrieron ya la primera crisis cuando se suprimió la convocatoria de septiembre en Madrid para recuperar asignaturas y ahora el último zarpazo para las academias de apoyo y recuperación ha llegado con la Covid-19. El aumento de aprobados por las directrices del Ministerio de Educación, que se ha traducido en un 22% más de alumnos que se han presentado este año a la EVAU en Madrid, por poner tan sólo un ejemplo de esta etapa, ha acabado por hundirlas. «Los padres quieren el aprobado y no han reparado en si sus hijos tienen base o no», cuenta Manuel Serrano, portavoz de la asociación Ascade. Su academia acaba de cerrar por la situación derivada de la pandemia. «Muchos de estos negocios carecen de espacio suficiente para mantener las nuevas exigencias de distanciamiento y resulta insostenible mantenerlos abiertos», dice.

Raquel Soria es propietaria de otra academia en la zona sur de Madrid y asegura que la crisis sanitaria ha afectado muchísimo al sector. Y no sólo porque las ha obligado a mantener las puertas cerradas durante el confinamiento, sino porque «hemos tenido que aceptar como un daño colateral que los colegios levanten la mano y, prácticamente, hayan dado el aprobado general. Esto se traduce en que los padres han dado por buenos esos aprobados sin tener en cuenta que las carencias de sus hijos siguen ahí y hasta me atrevería a decir que incrementadas». Raquel Soria recuerda que el primer bache vino hace años, cuando Educación suspendió la convocatoria de septiembre, en que ya empezaron a registrar pérdidas económicas. «Y desde entonces estamos trabajando todas las carencias de los alumnos. Durante el verano les dábamos base para recuperar materias y éramos el trampolín con esas asignaturas de cara al siguiente curso; ahora los niños pasan de curso acumulando deficiencias».