Sucesos
Un pequeño arsenal en un punto limpio de San Blas
La Policía Nacional encuentra un mortero y diez balas. Se trata de proyectiles aún hoy usados en el Cuerpo y en la Guardia Civil
Vidrio, papel y cartón, metales... y entre estos últimos, varias piezas de armamento. ¿A quién pertenecen el mortero y las balas halladas en un punto limpio fijo situado en el distrito de San Blas? La Policía Nacional se hace la pregunta desde que este extraño hallazgo se produjera el pasado jueves. Un pequeño arsenal depositado donde no le correspondía, en uno de los emplazamientos de residuos urbanos de origen domestico y cuya sola presencia podría haber puesto vidas en peligro. De hecho, y según pudo saber LA RAZÓN, los artificieros del Cuerpo Nacional de Policía tuvieron que personarse hasta la zona para retirar un material potencialmente dañino.
Las armas incautadas constituyen un proyectil de mortero, tres balas de arma corta y siete balas de fusil. Según explica a este diario Alfredo González Ruibal, arqueólogo e investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), un vistazo a las imágenes denotan que no se trata de un armamento excesivamente antiguo. Las balas de arma larga, de 7,62 o 7,92 mm, pertenecen al fusil de asalto CETME, también conocido como C-64 o más familiarmente «chopo». Una identificación que resulta factible, gracias a la punta roja que presenta la munición. El CETME fue creado en 1952 por el Ministerio del Ejército durante el régimen franquista, basándose en un modelo alemán, y la Guardia Civil comenzó a usarlo en 1957. «Era el fusil estándar del Ejército hasta hace aproximadamente 15 años. Desde entonces, fue sustituido por el HK», apunta el investigador. Con todo, añade, «aún lo usan unidades de la Policía y de la Guardia Civil».
En cuanto a las balas cortas, podrían ser 9 x 19 Parabellum. A pesar de que la historia de este proyectil se remonta a la Alemania de principios del siglo XX, a día de hoy se trata de un calibre estándar para pistolas en Ejércitos de todo el mundo. De hecho, es el tipo de casquillo utilizado en la actualidad por los agentes de Policía Nacional y Guardia Civil. Con todo, también fue utilizada en algunos de los últimos atentados de la banda terrorista ETA. Así ocurrió en el asesinato de Isaías Carrasco, edil socialista de Arrasate, que perdió la vida a manos de los etarras hace ahora doce años.
En lo que respecta al mortero, su origen despierta muchas más dudas. Fuentes consultadas por este periódico parecen descartar que se trate de un proyectil usado, por lo menos de forma habitual, durante la Guerra Civil española. Por lo menos, no se corresponde con las granadas de mortero utilizadas durante la contienda, con los morteros «Valero» como los más recurrentes. Sea como fuere, la Policía Nacional trata ahora de averiguar quien es el dueño de unas piezas cuyo destino nunca debió ser un punto limpio.
✕
Accede a tu cuenta para comentar