Covid
Barajas ya exige una PCR negativa para poder pisar suelo español
El Gobierno de Sánchez asume la tesis de Díaz Ayuso para minimizar la entrada de nuevos casos a través del aeropuerto madrileño
Como un mantra, Isabel Díaz Ayuso lleva meses –demasiados para la envergadura de su petición– solicitando al Gobierno que los viajeros extranjeros que llegan a Barajas aterricen con un documento que acredite una PCR negativa. Desde mayo, la presidenta de la Comunidad de Madrid está dándole un tirón de orejas al Ejecutivo central. Algunos ministros, quizá Ábalos, que como titular de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana (en pocas palabras, el máximo responsable del aeropuerto) haya pensado para sus adentros que es una pesada. También se le vendría a la cabeza a Illa, el ministro de Sanidad. Sin embargo, es un fallo de apreciación: lo que ha sido es insistente frente a argumentos que, aunque estuvieran empaquetados en datos, tenían un contenido claramente político. Que cómo atajar la pandemia, y de qué manera, parece que se ha convertido en un concurso de popularidad en función de las simpatías o antipatías ideológicas. Pero los datos, aunque no alcanzan la categoría de alarmantes, sí que sustentan el reclamo de Díaz Ayuso: en los últimos meses se han registrado 197 positivos y entre 600 y 700 asintomáticos y ya lo dice el refrán: «Mejor prevenir que curar».
Pero, por fin, eso ya forma parte del pasado. Ayer, a pesar de que Barajas sigue teniendo un aspecto fantasmagórico comparado con el trajín de muchos meses atrás, por fin todos los viajeros que lleguen de países de riesgo –se han cifrado en 65– junto a maletas, bolsas de mano tienen que traer otro «pasaporte»: la prueba de PCR negativa realizada desde su lugar de origen 72 horas antes del vuelo. La medida, aparte de sensata, sirve para que no haya otro resquicio más en el control de la pandemia. También es buena en estos tiempos de «yoismo», ya saben: «Primero, yo; después, yo, y por último yo». Si tanto nos queremos a nosotros mismos es de suponer que nos gustará volar en un avión con la certeza de que todos los pasajeros están sanos. Es aplicar el lema que se lanzó cuando el Sida causaba estragos: «¡Protégete tú y protege a los demás!». Ahora es lo que toca: que los ciudadanos y los políticos sean responsables. Por fin llegaron los controles a Barajas, pero en el entremés se ha perdido tanto tiempo...
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