Segunda ola

Vallecas abandona el confinamiento después de dos meses: ¿y si al final no fue segregación?

Las zonas básicas de salud dejan de estar cerradas perimetralmente tras lograr reducir más de un 75% la incidencia acumulada desde el mes de septiembre

Puente de Vallecas desconfiando.
Puente de Vallecas desconfiando.Cipriano Pastrano DelgadoLa Raz—n

Muchos recibieron con recelo ese mapa que, desde hace unos meses, divide Madrid no en barrios ni en distritos, sino en áreas sanitarias o, para los que ya están muy familiarizados con el argot, en Zonas Básicas de Salud (ZBS). Incluso, cuando la Comunidad anunció su plan de restricciones a contracorriente de las propuestas llegadas desde el Ministerio de Sanidad –el Gobierno insistía en actuar sobre municipios al completo–, hubo quien salió a las calles para protestar contra unas medidas que, sentían, eran discriminatorias y hasta clasistas. «No es cuarentena, es segregación», gritaban frente a la Real Casa de Correos varios vecinos y vecinas a mediados de septiembre en protesta contra el cierre perimetral de varias áreas en la región con motivo de la Covid-19. Era el principio de la segunda ola y, según los datos de la Comunidad de Madrid, azotaba con mayor fuerza a la periferia que, por consiguiente, vio su movilidad reducida mientras el resto de madrileños continuaban su día a día con cierta normalidad –si es que se sigue pudiendo utilizar el término en 2020–.

Entre aquellos manifestantes que hace algo más de dos meses reclamaban restricciones iguales para todos, estaban los vallecanos, que a finales de verano registraban en su territorio una incidencia acumulada por encima de los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes. Pero, una vez más, el Ejecutivo regional siguió adelante con su estrategia pese a las críticas y ayer, tras semanas de cumplimiento de las normas –a regañadientes o no–, Vallecas salió con éxito de la lista de las áreas confinadas. Con una bajada de casi la mitad de su incidencia con respecto a los números de hace un mes –de más del 75% desde septiembre– y colocándose por debajo de los 300 casos por cada 100.000 habitantes, el distrito ha merecido arrancar la semana con libertad para circular más allá de sus fronteras como recompensa a la responsabilidad de quienes, aunque llegaran a dudar de la eficacia del método, han demostrado estar a la altura de las circunstancias. De la misma manera, los resultados han puesto de manifiesto que, tal vez, después de todo, el plan de confinar Madrid por ZBS no fuera del todo cuestión de segregación.