Entre libros y mantas: así es la vida de Carmena tras dejar de ser alcaldesa

Después de que en junio de 2019, Manuela Carmena abandonara el palacio en el que había sido alcaldesa durante cuatro años, las quinielas en torno a su futuro político la han venido situando de cuando en cuando en la primera línea. Se barajó la posibilidad de que encabezara la candidatura de Más País al Congreso en las generales de noviembre de ese año o que, al menos, ocupara un lugar simbólico en la papeleta. No fue así. En las negociaciones entre el PSOE y Podemos, su nombre fue aireado como posible titular de la cartera de Justicia. Y tampoco se llegó a concretar esta posibilidad, que ella nunca admitió ni desmintió. También figuró –y figura, incluso, a día de hoy– entre las opciones que Moncloa estudia para el cargo de Defensor del Pueblo en el caso de que la renovación de los cargos bloqueados desde hace años se concrete en los próximos meses.

Ajena a estos debates, Carmena ha seguido a lo suyo en este año y medio que ha transcurrido desde que ganó las elecciones municipales, pero se quedó sin poder retener el bastón de mando en Cibeles. Y lo suyo son los proyectos a los que se había entregado en los años que transcurrieron entre su jubilación como jueza y la llamada de Podemos para asaltar el cielo de la capital en 2015. Fruto de ello, en las últimas semanas ha presentado un libro y una exposición.

Reconocida amante de la literatura, acaba de publicar una recopilación de cuentos. Con historias parecidas a las que ella misma ha contado a su nieta Lola, en «Cuentos para soñar un mundo mejor» (B de Blok) Carmena visita un género literario con, al parecer, un fuerte atractivo para las regidoras de la ciudad de Madrid. Su antecesora en el cargo, Ana Botella, también se lanzó a la edición de un volumen con una serie de cuentos infantiles comentados.

Junto a la literatura, Carmena también se ha volcado, y de manera muy especial en los meses del confinamiento, en iniciativas solidarias. No en vano, hace diez días inauguró la exposición «Ovillo común», en la que se han puesto a la venta mantas elaboradas por más de 3.000 personas –incluidos rostros conocidos como Pedro Almodóvar– durante el confinamiento y cuyos beneficios irán destinados a ayudar a personas sin empleo. Y aunque la exposición se cerró el domingo, la iniciativa solidaria se mantiene en la web de la tienda Zapatelas, de la que la ex alcaldesa es copropietaria.

Fuera de sus incursiones literarias y de las iniciativas solidarias, Carmena ha protagonizado en estos 18 meses un progresivo alejamiento del proyecto de Más Madrid. Fue ella la que fundó el partido a finales de 2018 con el objetivo de liberarse, en su intento por ser reelegida alcaldesa, de las hipotecas y las cuotas que le venían impuestas desde los distintos partidos que daban forma su equipo. Ahora, su desacuerdo con la estrategia de dotar a Más Madrid de una estructura similar a la de los partidos tradicionales está en el origen de que ella misma y los concejales más cercanos a la ex jueza hayan optado por no involucrarse de manera activa en la dirección de la formación. «Sigue siendo un referente político para nosotros», señalan desde la cúpula de Más Madrid al tiempo que reconocen que la comunicación con Carmena es, prácticamente, inexistente. Únicamente su grupo de fieles en Cibeles tiene hilo directo con ella. Y ese núcleo coincide en lamentar la amenaza de que Más Madrid pierda la conexión con esa parte de la ciudadanía que vive al margen de las dinámicas de los partidos y que fue la que les llevó a ser la primera fuerza en la capital.