Rubén Pérez de Ayala, el sacerdote herido en la explosión de la calle Toledo de Madrid, ingresado en el Hospital de La Paz, ha fallecido esta madrugada lo que eleva a cuatro el número de víctimas mortales del siniestro, han indicado a fuentes sanitarias.
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El sacerdote fue ingresado ayer tras la explosión en este centro sanitario con quemaduras de carácter grave. En el momento de la explosión, se encontraba junto a David Santos Muñoz revisando el estado de la caldera de gas del edificio, que llevaba un tiempo funcionando mal.
Con la muerte de este sacerdote se elevan a cuatro las víctimas del suceso, que costó la vida a tres hombres, uno de ellos David Santos, un feligrés que había acudido a arreglar la caldera.
Rubén Pérez Ayala se formó en el seminario Redemptoris Mater de Madrid. «He tenido la experiencia a lo largo de este tiempo de seminario de que la felicidad no está en vivirlo todo para uno mismo, sino en donarse a los demás», aseguraba en una entrevista sobre su vocación en la web del Arzobispado el año anterior. La parroquia Virgen de la Paloma era el primer destino como sacerdote.
A este joven sacerdote, Rubén Pérez Ayala, de 36 años, que había sido trasladado al hospital por las heridas, le administró la unción su hermano Pablo, también sacerdote diocesano.
El padre Rubén era madrileño y se había ordenado sacerdote a finales del mes de junio del año pasado en la catedral de la Almudena, muy cerca de donde se produjo este miércoles la explosión de gas. Un día después, celebró su primera misa en la parroquia de la Virgen de La Paloma. «Estoy contento de esto que hace el Señor conmigo», dijo entonces.