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Primera “excursión” de mayores vacunados en Madrid

El Teatro EDP Gran Vía ha abierto sus puertas a 150 ancianos y 50 cuidadores de siete residencias de mayores que ya gozan de inmunidad

No han dormido demasiado ni del todo bien. Apenas han tenido 24 horas para asimilarlo y quizás por eso se les ha cerrado el estómago colmado de ganas contenidas y el desayuno se les ha atragantado de la ilusión. El miedo no ha desaparecido del todo, pero empieza a parecerse más a los nervios previos a un encuentro romántico y clandestino en un tiempo que ha quedado grabado en el recuerdo en blanco y negro que al que les venía abordando todas las noches al acostarse desde hace ya un año.

«Muchos se han levantado antes de la hora, ¡estaban tan entusiasmados que no han podido esperar a saltar de la cama, como niños antes de una excursión!», reconoce Cristina Valera, animadora sociocultural en la Residencia Los Nogales Pacífico y encargada de acompañar este miércoles 24 de febrero a 25 de sus residentes al Teatro EDP Gran Vía, donde, junto a otros 125 mayores de Madrid, celebraron la inmunidad tras semanas de vacunación y la vida misma tras meses de reclusión. «Me siento, no sé, noqueada; muy contenta, por supuesto, pero con la sensación de que, después de tanto tiempo y de todo lo que hemos pasado, tengo que volver a habituarme a esto», dice unos minutos antes de que empiece la función Inmaculada Arévalo que, a sus 65 años y pese al choque de realidad que ha supuesto para ella y para todos gestos cotidianos como montar en una furgoneta o responder a las preguntas de una desconocida, se puso rímel en las pestañas y cogió asiento en primera fila.

«En mis tiempos iba a ver las revistas al Teatro Martín; de aquella no eras mayor de edad hasta los 21 años, pero yo con 17 ya iba porque mi oficial había pertenecido a un equipo de fútbol y me dejaban ir con ellos...el teatro siempre ha sido muy caro», recuerda sobre su juventud Ismael Martín, residente de 85 años en el centro DomusVi Leganés, que acudió al teatro de nuevo con una invitación, aunque esta vez de honor. Y es que, la compañía eléctrica EDP y el Teatro Gran Vía han cumplido dos años de colaboración y lo han festejado recibiendo a los primeros inmunizados frente a la Covid-19 de residencias de ancianos de Madrid. En total, fueron 150 personas mayores y 50 cuidadoras y cuidadores los que ayer llenaron de carcajadas y aplausos este mítico escenario en pleno centro de la capital.

Una iniciativa que ha sido posible gracias a la colaboración de la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (Aeste), que seleccionó los siete centros afortunados, pertenecientes a los grupos Los Nogales, DomusVi, Amavir, Asispa, Eulen, Sanitas y Orpea. «Nuestro objetivo es que vivan un día totalmente distinto a los del último año, que hoy sea un día especial y recargarles de energía para afrontar las siguientes etapas, que cuando vuelvan hoy a sus residencias sienta que ha sido una jornada inolvidable», afirma Javier Flórez, director de Ventas de Empresas y Grandes Clientes de la compañía energética EDP España.

Y lo será. Un día inolvidable, un viaje al corazón de Madrid que quedará marcado a fuego en sus memorias como el principio del fin de un virus que la ha pagado con ellos más que con nadie: «Tenemos que valorar mucho a esta gente a la que le debemos ser quienes somos; venimos de ellos y es muy injusto que hayan sido quienes peor lo han pasado durante este año, quienes más han sufrido las consecuencias de la dichosa pandemia, así que, este monólogo es una oportunidad de recompensar todo su esfuerzo, también el de los profesionales que están cuidando de ellos», declaraba antes de salir al escenario el famoso actor y humorista Santi Rodríguez, a cargo del monólogo elegido para la gran ocasión. «El humor es fundamental, puede que ahora más que nunca: es un medio para recuperar la emotividad que una persona tiene que tener y el ánimo de hacer cosas que nos está machacando esto por lo que estamos pasando; el humor en particular y el teatro y la cultura en general nos ayudan a olvidarnos de todo, a cargar pilas y a seguir adelante», continuó el cómico.

Y por si no fuera suficiente buena noticia que las personas inmunizadas a la Covid-19 paseen por fin por Madrid o que uno de los principales teatros de la ciudad les obsequie con un buen rato del mejor humor para darles la bienvenida al ocio de nuevo, las risas que retumbaron en las paredes del EDP Gran Vía se convertirán en una donación a la organización Adopta un Abuelo: «Este teatro cuenta con un sistema para recoger los decibelios del ruido que se genera en él para traducirlo en kWh que son siempre cedidos a las ONG que eligen los actores y humoristas; hoy estará activo y la energía positiva que surja de este monólogo le llegará a Adopta un Abuelo», explica Javier Flórez.

Solo queda esperar que esta fuera la primera excursión de muchas y a todas partes.