El Gobierno que quiere Ayuso en Madrid: tres consejeros menos y gestores de Cs y Vox

La candidata del Partido Popular a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tiene claro qué hará a partir del 5 de mayo si recibe la confianza mayoritaria de los ciudadanos en las urnas. Líder hasta el pasado 10 de marzo de un Ejecutivo de coalición, ahora busca el aval para gobernar en solitario. Y de ahí su petición a los madrileños para obtener una mayoría lo más amplia posible. La presidenta autonómica tiene en mente cómo será ese nuevo gobierno si sale victoriosa de los comicios.

Ayer dio algunas pistas. Será un Ejecutivo más austero, con menos departamentos que el que compartió con Ignacio Aguado y Ciudadanos durante algo más de un año y medio. «Vamos a reducirlo». La idea que tiene sobre la mesa es pasar de las 13 consejerías actuales –que son gestionadas tras la ruptura con Cs únicamente por siete personas– a una decena. O lo que es lo mismo, reducir en tres el número de departamentos del futuro gobierno, en la línea de lo que ha sido una de las exigencias recurrentes de Vox desde 2019. Considera que será viable acometer este ajuste a partir de la convicción de que, tras el verano, lo peor de la pandemia habrá quedado atrás, fundamentalmente gracias a la aceleración en el proceso de vacunación. «Tengo claro quiénes estarían en la primera, la segunda y la tercera línea».

Otro de los elementos que se barajan como casi seguros es la permanencia de todos los consejeros que acompañan actualmente a la presidenta. Ella no confirma nada, pero de sus palabras cabe entrever que cuenta con todos ellos: «Es un gobierno que, al haberse expuesto a los momentos más duros, hemos gestionado tantas cosas que al final se han convertido en el de los mejores. Quiero que los madrileños sigan estando con los mejores».

Como nota innovadora, Ayuso también apuesta por un matiz en el diseño de este gabinete que podría parecer a priori contrario a su voluntad de gobernar en solitario: será un Ejecutivo abierto a la incorporación de perfiles con experiencia procedentes de las otras dos formaciones del centro derecha. Gestores de Ciudadanos y de Vox. Y a nadie se le escapa el nombre de una de las candidatas con más números dentro de ese esquema: Marta Rivera de la Cruz, ex consejera de Cultura con Ayuso hasta su cese en marzo. «No necesito adhesiones inquebrantables al proyecto ni muchísimo menos. Esta situación trasciende a los partidos y esto lo tengo claro. Hemos de hacer todo lo posible para recuperar Madrid», destacó ayer la jefa del Ejecutivo madrileño durante una entrevista en Esradio precisamente al tratar la necesidad de que sean «los mejores» los que le acompañen hasta 2023.

Todo ello se vería acompañado, según los planes que esboza desde hace semanas la presidenta, del establecimiento de unos protocolos de control interno y auditoría que sirvan, por un lado, para evaluar la acción de gobierno y, al mismo tiempo, para evitar que el logro de una mayoría amplia o absoluta pueda volverse en contra y conducir a estos equipos a una suerte de acomodación en el poder.

La reducción de tres consejerías avanzada ayer por Ayuso vendría a encajar con algunas de las «fusiones» de departamentos realizadas tras la salida de Aguado y de Ciudadanos de la Puerta del Sol. La unión de las competencias en una única consejería de Educación con Universidades, de Transportes con Vivienda, de Economía con Hacienda o de Sanidad con Asuntos Sociales son las opciones con más enteros para hacer realidad ese nuevo esquema.

Hay quienes entre las filas populares también llaman la atención sobre el error que supuso en 2019 la creación de una vicepresidencia, en manos de Aguado, sin apenas competencias. En este contexto, se contempla como una opción viable la posibilidad de que el nuevo Ejecutivo de Ayuso pudiera dotar a una eventual vicepresidencia de alguna de las materias que se situarán como clave en el bienio posterior a las elecciones del 4 de mayo: Sanidad o Economía.