Urbanismo

Madrid: ¿Qué son las “dark kitchens” y por qué generan polémica?

El Ayuntamiento considera que no hay un vacío legal y que la alarma que generan estos establecimientos en los vecinos es desmedida

Una cocina industrial o "dark kitchen" en el barrio de Prosperidad
Una cocina industrial o "dark kitchen" en el barrio de ProsperidadMÁS MADRIDMÁS MADRID

Las «cocinas fantasma», también conocidas como «dark kitchens», son uno de esos fenómenos colaterales al coronavirus. En medio de la pandemia, y con la hostelería cerrada, bares y restaurantes hallaron en el envío a domicilio la única salida posible para escapar de la ruina. Pero también ha posibilitado que muchos emprendedores hayan visto una nueva vía de ingresos. Así, las «dark kitchens» serían aquellos locales con cocinas industriales pero no abiertos al público, de forma que ofrecen a sus comensales envíos «delivery» a través de repartidores. Una situación que parece haber creado nuevos problemas. Vecinos de algunos barrios –sobre todo Tetuán– y el Grupo Municipal del PSOE denunciaron el aumento descontrolado de «multicocinas», con el consiguiente perjuicio por humos y olores, así como por la aglomeración de repartidores, «riders» y furgonetas bien entrada la noche. Concretamente, señalaron la existencia de treinta «cocinas fantasma». Sin embargo, el Ayuntamiento asegura que, de esa cifra, solo cuatro operan sin licencia, mientras que, de las 26 restantes, apenas diez establecimientos cuentan con más de una cocina.

El delegado del Área de Desarrollo Urbano, Mariano Fuentes, quiso ayer salir al paso ante el presunto «boom» de este tipo de establecimientos. De hecho, Fuentes avanzó que se ha iniciado una campaña de inspección que, de momento, ha dado como resultado la existencia de 23 locales, en función de las zonas señaladas por los afectados. De todos ellos, ya se han inspeccionado 11, de los cuales tres presentan deficiencias en sus licencias, otros tres estaban en orden y el resto se encontraba en obras. Además, hay diez locales que se encuentran en tramitación.

Así, Fuentes ha señalado que la mayoría de estos establecimientos parece cumplir con el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1997, por lo que «no hay una situación de vacío legal ni un escenario de ilegalidad». «Si así fuera, no podríamos conceder licencias», añadió. Del mismo modo, el funcionamiento de estas «cocinas fantasma» estaría amparado por la ordenanza de Calidad del Aire.

En todo caso, y junto a esta campaña de inspecciones, el Ayuntamiento de Madrid establecerá nuevas medidas para estos establecimientos. Así, la carga y descarga deberá ejecutarse en el interior del local. Del mismo modo, deberán extremar sus chimeneas y sus dispositivos para la evacuación de humos.

Por otro lado, Urbanismo ha solicitado un informe a la Consejería de Medio Ambiente, ya que el Gobierno regional tendría las competencias a la hora de evaluar si estas actividades han de someterse a una evaluación ambiental.

Además, la Agencia de Actividades requerirá en la actualización de licencias que se aporte un estudio que determine las condiciones de movilidad, además de exigir plazas de carga y descarga, como recoge el PGOU, informa Ep. También se revisará la regulación de los usos urbanísticos, especialmente los industriales, sobre todo con vistas a garantizar la compatibilidad de estas nuevas actividades «con la convivencia vecinal».