Proyecto
El arquitecto que hará de Castellana 69 un icono arquitectónico de Madrid
LA RAZÓN habla con Thomas Heatherwick, responsable de transformar el edificio del Corte Inglés en un espacio de oficinas «humano» y que responderá a la crisis climática
Mucha madera y cantidades limitadas de acero para «humanizar» un edificio de oficinas que desechará el modelo prepandemia y que es ante todo y, sobre todo, sostenible. Es el proyecto del prestigioso diseñador inglés para Madrid, el primero en España, conocido en el mundo entero por el uso innovador de materiales e ingeniería. Su estudio diseña ahora también la sede de Google en Londres y en Silicon Valley y aspira a convertir el nuevo edificio de El Corte Inglés en el corazón de Madrid un icono de la arquitectura. Responde desde su estudio en Londres a las preguntas de LA RAZÓN.
–¿Qué tendrá este edificio de oficinas que no tengan otros?
– Estamos muy contentos de que nos hayan dado la oportunidad de construir este proyecto. Todos nos hemos cansado de los entornos deshumanizados de los edificios de oficinas convencionales que conocimos durante muchos años antes de que se produjera la crisis del Covid. Y muchos de nosotros estábamos frustrados por esta extraña construcción del mundo laboral moderno que había existido y que no parecía relacionarse realmente con nuestra humanidad. Castellana 69 es una oportunidad para responder a las nuevas lecciones que está aprendiendo el mundo corporativo, que busca cómo hacer lugares que entiendan las emociones de los equipos y los individuos, en lugar de concebir a las personas como números que hay que gestionar.
–¿Es una respuesta a la crisis climática?
– Efectivamente la crisis climática ha estado alzando la voz cada vez más fuerte en nuestras cabezas. Este edificio da la posibilidad de responder a eso con el nivel de responsabilidad que seguramente todos debemos tener. Así que, pensando en la salud mental del individuo, hemos diseñado un edificio hecho predominantemente de madera. Hemos hecho un edificio que contempla la forma de reunir a la gente de forma social, que es lo contrario de tener una videoconferencia en Zoom en casa. Un edificio que no tiene miedo de llevar la naturaleza al entorno de trabajo. La intención es que acabe produciendo más energía de la que consume para convertirse en un verdadero edificio de emisiones de carbono cero con el paso de los años. Nuestra esperanza es que éste sea el comienzo de una nueva familia de edificios de trabajo que se tomen en serio la humanidad y el verdadero bienestar de todos los que los utilizan y que también asuman su parte de responsabilidad en la crisis climática para contribuir positivamente a ser una solución en lugar de una parte del problema.
–Su nuevo proyecto va a tener un compromiso con el medio ambiente. ¿Qué elementos va a incorporar en ese sentido?
–El edificio se hará con una gran cantidad de madera que ya ha capturado importantes cantidades de carbono, que nuestros ingenieros medioambientales están cuantificando. Los árboles proceden de bosques de origen sostenible y se replantarán. Esos nuevos árboles eliminarán aún más carbono de la atmósfera. Así que la madera en sí misma es positiva para el carbono. Las cantidades limitadas de acero que utilizamos están hechas con nuevas técnicas que minimizan el carbono capturado durante la fabricación. También utilizamos un tipo de hormigón con menos emisiones. En el funcionamiento del edificio, una vez ocupado, se utiliza un sistema de refrigeración y ventilación que transfiere la calefacción y la refrigeración desde el subsuelo que toma esa temperatura de la tierra. También tiene una cantidad importante de paneles solares en el tejado que suministrarán más energía a la red que la que utilizará el edificio. Hemos tenido en cuenta tanto el coste del carbono operativo como la cantidad de carbono utilizada durante la construcción.
–Su empresa prioriza los proyectos que tienen un impacto social positivo. ¿Cuál es el que tendrá este nuevo proyecto en Madrid?
–Es una oportunidad para dar nueva vida al espacio que rodea al edificio, que actualmente es un aparcamiento que ofrece poco a la ciudad. Hay una oportunidad de hacer un espacio de encuentro para todo el mundo en Madrid y más allá y no sólo un espacio para la gente que habita el edificio. Formará parte de la configuración del nuevo espacio público y de la humanización de lo que actualmente es un concurrido cruce de tráfico. Nuestra esperanza es que sea un espacio revitalizado y activo.
–¿Cuántas personas han trabajado en el diseño?
–Studio Heatherwick CLK y BAC Engineering.
–¿Cuál es el coste del proyecto?
–No se ha revelado.
– ¿Cree que Castellana, 69 podría ser el inicio de otros proyectos en España?
–Adoro España y la conozco bien. Sería un honor tener la oportunidad de contribuir al ámbito público y ayudar a hacer espacios más humanos y con carácter.
Un proyecto verde que arrancará en 2022
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