Tráfico

¿Por qué hay atascos en Madrid? El transporte público se resiente de la Covid-19

El transporte privado se recupera a niveles previos a la pandemia pero la movilidad personal come viajes al transporte público. El Metro, el más rezagado

La carretera de circunvalación M30 de Madrid a primera hora de la mañana en un día laborable de septiembre
La carretera de circunvalación M30 de Madrid a primera hora de la mañana en un día laborable de septiembreAlberto R. RoldánLa Razón

Hemos sacado el coche con la pandemia para movernos de un sitio a otro y cuesta volver a dejarlo en casa para habituarnos a formas más sostenibles y rápidas incluso para desplazarnos, como la que ofrece el transporte público. Con la vuelta de la actividad presencial, tanto en lo académico como en lo laboral, los madrileños han empezado a padecer los insufribles atascos que se forman a primera hora de la mañana, al mediodía y por la tarde. Vuelven los paisajes habituales de embotellamientos y de vías con alta densidad de tráfico, que se habían borrado de nuestra memoria y que vuelven a ser la rutina de una ciudad como Madrid.

Y esas congestiones lo que permiten constatar es que el coche ha recuperado su protagonismo en las vías de los momentos previos a la pandemia en que se producían 22 millones de viajes diariamente si sumamos los traslados en vehículos privados, viajes profesionales, modos blandos (bicicleta, patinete, andar...) y transporte público.

¿Qué ha ocurrido con el transporte privado? «Está casi recuperado a niveles previos a la pandemia en que se producían nueve millones de desplazamientos», asegura Luis Miguel Martínez Palencia, gerente del Consorcio Regional de Transportes.

Según los datos de los que dispone la Consejería de Transportes, el transporte privado está prácticamente recuperado en la M-30 al 98%, mientras que si hablamos del interior de esta vía de circunvalación, los viajes se han recuperado en un porcentaje que oscila entre el 85 y el 90% . En el exterior de la M-30, la recuperación es del 85 o 90%.

Los accesos a la capital madrileña también están casi al cien por cien. Lo mismo que otros distribuidores del tráfico, como la M-40, que están en niveles prepandemia. Es decir, congestionados. Y en eso tienen que ver las obras y el hecho de que nos resistimos a cambiar el coche por el transporte público.

Sin embargo, «parece que el movimiento dentro de Madrid capital es un poco menor que en los distribuidores principales (M-30 y M-40) y en los accesos de Madrid. La explicación a esto hay que encontrarla en obras como la del nudo norte o bien otras como la A-6, o la de Plaza de España, que afecta al corredor de la A-5. Esto hace que el tráfico se distribuya y accesos que no están tan llenos han acabado por estarlo y los tiempos de viaje metropolitano, que antes se podían hacer en 45 minutos, ahora se alargan hasta la hora o bien la hora y media», asegura el gerente del Consorcio Regional de Transportes.

Otra explicación al hecho de que haya menos viajes en el interior de Madrid es el cambio de mentalidad que nos ha traído la pandemia. Y es la gente hace muchas cosas ya andando. «Ha aprendido a valorar el comercio de proximidad o una persona ya no se apunta a estudiar inglés, por ejemplo, en una academia que esté lejos de su barrio. Las cosas han cambiado mucho en este sentido», añade Martínez.

Mientras, no paran de crecer los viajes profesionales, que se encuentran al 80% con respecto a los niveles prepandemia y solo hay algo menos de actividad de reparto de lo que nos parece, por mucho que con el confinamiento nos hemos aficionado a las compras online. ¿Y qué ha pasado con el trasporte público? La realidad es que se ha recuperado el 75% de los viajes, pero aún queda un 25% pendiente en días de diario porque luego, en el fin de semana, la demanda de transporte público crece. Empieza a subir el viernes, en que ya se han superado los cuatro millones de viajeros y el fin de semana llega al 80%, según los datos de los que dispone la Consejería de Transportes.Y de todo el transporte público el que mejor se recupera es el autobús, más que el metro. ¿Cuál podría ser la causa? «A la gente le ofrece más confianza el autobús porque es un lugar acotado, uno puede saber qué es lo que se va a encontrar dentro, si hay cuarenta o cincuenta personas. Luego está la idea de que el Metro, aunque se ha demostrado que no es un vector de contagios, la gente puede tener una mayor sensación de miedo al virus a estar bajo tierra», asegura el gerente del Consorcio. Y dentro de los autobuses, los metropolitanos son los que más recuperan (al 80%). Mientras, los autobuses de la EMT se encuentran al 75% y el Metro al 70%.

Los trenes de Cercanías, por su parte, están al 72-73%. Y esto puede que tenga que ver con la congestión de acceso a la ciudad, según Transportes.

De momento, la Consejería acaba de lanzar una campaña invitando a los madrileños a volver al trasporte público y el resultado ha sido que se ha recuperado medio millón de viajeros diarios coincidiendo con la vuelta al cole y la incorporación de muchas personas a sus centros de trabajo de manera presencial.

Pero uno de los puntos que se analiza ahora es la posibilidad de que aunque Metro y Cercanías puedan volver a ser lo que eran, puede que quede una carencia estructural y no se llegue a recuperar el cien por cien de viajes por los nuevos hábitos de proximidad. Los 300.000 movimientos en «modos blandos» de trasladarse (bicicleta, andar, patinetes...) «es lo que resta al transporte público», asegura el gerente del Consorcio. Así las cosas, «de aquí al final de año podríamos llegar al 85%, pero habrá que ver lo que ocurre en 2022», añade.

Lo que tienen claro el gerente del Consorcio Regional de Transportes es que la congestión escupirá a los viajeros al transporte público porque «un tiempo de transporte de más de una hora no hay quien lo soporte». Otros expertos en Movilidad, como Ramón Ledesma, asesor de Pons Seguridad Vial, creen que «los cambios no se van a producir de la noche a la mañana y la recuperación será paulatina».

La Comunidad de Madrid, mientras tanto, cree que el transporte, la vertebración, la competitividad y la libertad deben ser los ejes fundamentales en los que se debe sustentar el futuro de la movilidad para así alcanzar la cohesión social.

Así apuesta por la libertad de movimiento, la vertebración territorial y cohesión social, la sostenibilidad y eficiencia, la protección de la salud, el impulso económico y competitividad, la accesibilidad e inclusión, la transformación digital, la intermodalidad y la colaboración pública-privada como ejes de su política.

Calidad del aire e higiene sanitaria, los nuevos conceptos

Algunos expertos aseguran que la gestión tradicional de tráfico en grandes ciudades, como Madrid, se ha centrado en dos únicos parámetros: la seguridad vial y la fluidez. Sin embargo, «en menos de dos años hemos introducido dos nuevos criterios a esos tradicionales de los últimos 60 años: la calidad del aire y la higiene sanitaria. 2022 quedará marcado como el año que empezamos a hacer efectivas determinadas decisiones en función de estos nuevos criterios. En la medida en que cada administración local adopte o entienda las nuevas circunstancias avanzará en las políticas de gestión del tráfico. En la medida en que no lo haga se quedará atrás», asegura Ramón ledesma, asesor de Pons Seguridad Vial.