Análisis

La estrategia de “descentralización” de Sánchez: atacar Madrid, vaciar Madrid

El trampantojo de los madrileños borrachos, racistas, homófobos, machistas y defraudadores de impuestos se vino abajo el 4-M. La estrategia pasa ahora por sacar las instituciones públicas de la capital

La campaña electoral del 4-M desnudó la falta de ideas del PSOE para Madrid. Frente al liderazgo cada vez más consolidado de la formación liderada por la dupla Rita Maestre-Mónica García, los socialistas optaron por la estrategia –poco hábil a la vista de los resultados– de insultar a quienes te tienen que votar. Con la inestimable ayuda de Podemos y de su candidato Iglesias, pintaron la región como un bar gigante con más seis millones de «tabernarios», como un lugar peligroso para las mujeres, para los homosexuales y para los inmigrantes.

Fracasado este plan, el segundo acto de la farsa tuvo como elemento central la armonización fiscal. Como el discurso político lo aguanta todo, se buscó entonces tejer un argumentario en el que Madrid era Panamá, Andorra y Suiza, todo junto. Un paraíso fiscal en el que aterriza lo peor de cada casa.

El trampantojo de los madrileños borrachos, racistas, homófobos, machistas y defraudadores de impuestos se vino abajo nada más abrirse las urnas. Pero el PSOE de Madrid, del que salió el propio Sánchez, parece empeñado en seguir perdiendo elecciones en esta comunidad. Y vuelve a la carga contra Madrid con un nuevo invento.

Trasladar instituciones públicas con sede en la capital a otras partes de España. «Descentralizar la presencia institucional en nuestro país», detalló ayer el presidente. Es más de lo mismo. No se busca el bien de Burgos, de Valencia o de los puntos de España que podrían verse beneficiados de esta pedrea monclovita para vaciar Madrid. Si siguen adelante, el resultado está escrito. Puede leerse en los periódicos del 5 de mayo.