Cuando los padres atacan al profesor: «Dicen que maltrato a su hijo. Es mentira, ha suspendido»

«Le llamo porque soy profesora de Secundaria y unos padres han presentado un escrito en el centro contra mí. Dicen que tienen unas imágenes en las que se puede ver que estoy maltratando a su hijo. Es incierto y esas imágenes no existen porque es una mentira de su hijo que ha suspendido la asignatura (...) No sé como actuar ante esta difamación», era una de las consultas de este año al servicio del Defensor del Profesor del sindicato de profesores ANPE.

Solo en el curso 2020-21 han sido 1.960 casos atendidos a nivel nacional, pero casi la mitad de ellos (932 casos, 152 más que el año anterior) han llegado desde Madrid y el acoso de padres a profesores es uno de los problemas más preocupantes porque ha aumentado un 32%. Y no solo esto, también han experimentado un incremento las denuncias de los padres a los profesores (suponen el 31% de las llamadas) y las faltas de respeto de los progenitores al docente (42% de las llamadas), a lo que se unen las presiones para subir la nota al alumno (5%), las falsas acusaciones (40%), el ciberacoso (5%). «Tenemos una sensación de seguridad e indefensión por parte de nuestros superiores y de la Administración y eso impacta negativamente en el sistema», asegura Laura Sequera, coordinadora del Servicio. «Los profesores van viendo ya desde etapas tempranas cómo son desautorizados delante de los niños de forma violenta e incluso agredidos por unos padres sobreprotectores que, ante un límite, contratiempo o norma que quiera aplicar, acuden al centro de forma impositiva y agresiva sin importarles la normativa del centro», aseguran desde el sindicato.

Los docentes siguen acusando los problemas para dar clase, especialmente en Secundaria, conductas agresivas entre los alumnos y faltas de respeto e insultos que ya no se acusan solo en etapas más avanzadas, sino desde Primaria. De hecho, desde el sindicato denuncian que ya en estas etapa «muchos alumnos tienen faltas de respeto hacia el profesor, malas formas y actitudes chulescas. El problema llega cuando estos comportamientos se llegan a normalizar». También ha aumentado el uso de tecnologías para difamar, insultar y acosar, un problema que se ha duplicado con respecto al curso anterior al pasar de un 3% al 7%. Eso, pese a la importante labor que realiza la Policía en los centros educativos advirtiendo que estos comportamientos no quedan impunes.

El presidente del sindicato ANPE, Nicolás Fernández, se quejó de que la Ley de Autoridad, que también ha recogido la Lomloe esté sin desarrollar y permanezca «hibernando». Incluso denunció el hecho de que haya algunas comunidades autónomas que hayan anulado el decreto de autoridad del profesor y lo hayan sustituido por otro que, desde su punto de vista, «es de dudosa legalidad». «No ayuda en nada a la convivencia», sentenció. Fernández también criticó el nuevo decreto de promoción y titulaciónaprobado por el Consejo de Ministros que «genera incertidumbre al dejar al albur del equipo docente que un alumno pase de curso. Esto puede crear conflictos entre profesores».