Madrid: más radares, foto-rojos y controles etílicos

La ciudad de Madrid sufre alrededor de tres atropellos de peatones o ciclistas al día. Eso de acuerdo a la media de 2021, un año en el que, si bien se han vuelto a recuperar en los últimos meses los niveles de tráfico prepandemia, lo cierto es que partió con la capital y la región aún sumidos en un estado de alarma. Lo «normal» es que se registren todavía más. Esta situación ha llevado al Ayuntamiento a elaborar un Plan Estratégico de Seguridad Vial 2021-2030, elaborado por la Policía Municipal y cuyas líneas maestras fueron presentadas por el Área de Seguridad y Emergencias, con Inmaculada Sanz al frente.

Entre las más de treinta acciones que contiene el Plan, hay tres que afectarán especialmente a los conductores. La primera, el incremento de los foto-rojo, esto es, las cámaras instaladas en determinados semáforos. De momento, no se incluyen los puntos concretos en los que se instalarán estos dispositivos. Según fuentes municipales, su ubicación será determinada por la Policía Municipal en aquellos sitios «donde se detecta una indisciplina en el respeto» a los semáforos. Y es que, en contra de lo que establece la reglamentación, en el momento del cambio de color en el semáforo de verde a ámbar, una «mayoría de conductores acelera para salvar la intersección y el paso de peatones, provocando situaciones de riesgo».

La segunda novedad importante es el aumento de cinemómetros (radares) tanto fijos como móviles. Una iniciativa que responde a la dotación «insuficiente y tecnológicamente desfasada» en los vehículos de la Policía Municipal. Así, se prevé la incorporación de nuevos equipos cinemómetros portátiles y polivalentes, que posibilitarán los controles de velocidad en cualquier vía de la capital «con independencia de su infraestructura». Además, se continuará implementando la instalación de radares fijos en los puntos más conflictivos de la ciudad.

Controles

Un tercer eje de las actuaciones corresponde a la incorporación de etilómetros y alcoholímetros en «todos los vehículos patrullas operativos de la Policía Municipal» que tengan entre sus misiones específicas funciones en materia de movilidad. Así, y al contrario de lo que sucede actualmente, todos los efectivos policiales estarían siempre en disposición de poder practicar la prueba de alcohol a los implicados en un accidente con heridos, así como a todos aquellos que hubiesen cometido una infracción grave, «con independencia de que presenten síntomas evidentes de conducir bajo la influencia de bebidas alcohólicas».

Todas estas actuaciones conllevan, a su vez, una serie de objetivos. El más ambicioso de ellos, la reducción en un 50% de las víctimas mortales que se registran anualmente. Además, también se prevé un incremento de los controles de alcoholemia en los próximos años. Como se recuerda en el Plan, en la actualidad, se realizan este tipo de exámenes a más del 4% de la población residente de manera anual. La nueva meta es mantener ese 4% también a la llamada población «flotante» de la capital, que alcanza 1,4 millones de personas.

Por último, el texto contempla que el grado de cumplimiento de los objetivos será evaluado anualmente para «detectar y prever las posibles desviaciones en el logro de los objetivos» y, por consiguiente, identificar posibles mejoras en las acciones implementadas.

La vigilancia de las rutas escolares mediante el estudio integral de las zonas de los colegios, las mejoras en las zonas de convivencia peatones-vehículos y la creación de unas rutas peatonales seguras en bici y VMP (Vehículos de Movilidad Personal) para colectivos vulnerables, constituyen otras de las metas que el Consistorio fomentará a partir del año que viene.