Limpieza

¿Qué pasa con las pintadas vandálicas en Madrid?

El Gobierno de Almeida tiene previsto endurecer las sanciones para los autores de estos ataques al mobiliario público.Tras ello, sólo quedará que esas multas se impongan de verdad

Pintadas en un edificio de la calle de la Palma, en el barrio de Malasaña de la capital
Pintadas en un edificio de la calle de la Palma, en el barrio de Malasaña de la capitalPlatónPlatón

No es una plaga pero se le parece. La imagen que hay sobre estas líneas ilustra a la perfección uno de los problemas que más afea a las grandes ciudades como Madrid. El edificio de marras está en el 27 de la calle de la Palma, en pleno corazón de Malasaña. Pintadas que se extienden por toda la fachada, también por el lateral del inmueble que da a la calle San Andrés. Actos alejados del arte, muy cercanos al vandalismo, insertos en la más absoluta estupidez humana, ante los que los operarios municipales no dan abasto.

La trabajadora de la imagen se afanaba esta semana en limpiar aquello con la resignación del que sabe que tendrá que volver a hacerlo en pocas semanas. El mejor termómetro de hasta qué punto llega la imbecilidad de los sujetos que se esconden tras el espray y la rebeldía mal entendida pudimos verlo hace unas semanas en la Plaza de España. Estaba de estreno tras meses y meses de obras. Y más allá de las opiniones dispares que ha suscitado la reforma, había ganas de redescubrirla. A la mañana siguiente, menos de 24 horas después de que pudimos volver a pisar su suelo, buena parte del mobiliario urbano estaba vandalizado. No son los de Palma y Plaza España episodios aislados.

Da igual que sean las cabinas de la avenida de Ciudad de Barcelona, las columnas de Ribera de Curtidores, los bajos de la calle Cristo en el centro, los negocios de Dulcinea en Tetuán, los muros de viviendas en San Conrado junto al Manzanares, las tiendas abiertas de Fuencarral o las persianas que el covid ha bajado en la calle Toledo. Se trata de un problema de complicada solución, de imposible erradicación, pero que ahí está y existe.

El Gobierno de Almeida tiene pendiente aprobar una nueva Ordenanza de Limpieza de los Espacios Públicos y Gestión de Residuos tras haberla sometido en verano a debate público. En ese marco tiene previsto endurecer las sanciones para los autores de pintadas vandálicas. Tras ello, sólo quedará que esas multas se impongan de verdad. Y se paguen de verdad.