Historia
¿Qué fue la Sociedad Hahnemanniana Matritense que tenía su sede en Chamberí?
Las disputas judiciales, durante decenios, golpean a esta institución histórica de la homeopatía en pleno centro de Madrid
La edificación de un Hospital «para la curación de enfermos pobres por el sistema homeopático» comenzó el 26 de mayo de 1873. Pocos pusieron en duda entonces la buena intención de ayudar a los más necesitados de su impulsor... otra cosa es que, con el paso de los tiempos, aquello de la homeopatía hubise quedado orillado ante el desarrollo científico. Lo cierto es que, en aquel Madrid casi finisecular, en el XIX, en lo que hoy en día es la calle de Eloy Gonzalo que alumbraba, con otras, el primer Ensanche de Madrid ideado por el arquitecto sevillano Carlos Mª de Castro, se levantó la sede de la Sociedad Hahnemanniana Matritense, fundada el 28 de octubre de 1845 por un grupo de homeópatas. Por aquello de propagar lo que ellos consideraban «su saber», decidieron impulsar una suscripción popular para la construcción de un «hospital» donde practicar y enseñar la homeopatía.
Se recaudaron 433.877 reales, cantidad insuficiente para el proyecto. El 26 de mayo de 1873 comienzan las obras, que debieron parase varias veces por la falta de fondos. Ante ello, José Núñez y Pernía, Marqués de Núñez y fundador de la sociedad, fue cubriendo los gastos adicionales hasta la total construcción del edificio. El coste total ascendió a unos 991.712 reales. Toda una fortuna para la época.
El hospital fue inaugurado el 2 de febrero de 1878, siendo el primer edificio moderno del barrio de Chamberí. El 4 de abril se creó la Fundación Instituto Homeopático y Hospital San José, a la que se incorporó el hospital, dotándose con una suscripción complementaria de 750.000 de pesetas de deuda perpetua, destinada a cubrir posibles descubiertos financieros. Esta decisión provocó fuertes discusiones en la Sociedad, que dieron lugar a pleitos hasta casi finales del siglo XX. Intereses económicos enfrentados, herencias discutidas durante decenios y dudas científicas sobre el destino que se quería dar a estas instalaciones han provocado el abandono de la institución hasta nuestros días.
El Hospital, que posee un importante fondo bibliográfico sobre homeopatía, además de contar con un Museo de la Homeopatía y de la Farmacia Homeopática, comparte manzana con el palacete del marques de los Salados. Este edificio, de inspiración neomudéjar, fue diseñado por Emilio Rodríguez Ayuso, autor también de la desaparecida plaza de toros de la Avenida de Felipe II y de las Escuelas Aguirre, hoy sede de la Casa Árabe, y sin duda su obra más conocida.
El edificio y los terrenos podrían ser una buena metáfora del laberinto en que está la homeopatía, una práctica que tuvo cierto éxito antes de la Guerra Civil, pero que en nuestros días está seriamente cuestionada. La propiedad lleva decenas de años también en un laberinto, pero ha sido desde 2005, con más fuerza, objeto de litigio ante los tribunales por los herederos del Marqués de Núñez, por la Abogacía del Estado y la Fundación. El problema radica en que hay dos supuestos descendientes del marqués que se disputan la propiedad. Un hombre que tuvo unos cinco hijos «ilegítimos», como se les denominaba en aquella época, cuyos descendientes han decidido en nuestros días ejercer sus supuestos derechos sobre la propiedad. Ese lío jurídico ha imposibilitado dar un futuro a esta edifición, que se ha convertido en un agujero de la historia en pleno barrio de Chamberí. Empresas inmobiliarias o el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) han mostrado interés en adquirirlo, desde el Gobierno madrileño han existido voces para incorporarlo al patrimonio público de la ciudad... pero ahí sigue. Sin ver solución, entre legajos jurídicos en los tribunales y a punto de necesitar otra «inyección» de dinero público. Él es «gran enfermo» inmobiliario de Chamberí.
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