MX RR, nos vamos de botanas, ¿se vienen?

Hemos seguido la pista de Roberto Ruiz desde que hace ya casi diez años inaugurara Punto MX, el primer restaurante mexicano de Europa en lograr una estrella Michelin. Por supuesto, uno de nuestros preferidos y el de una legión de comensales de la alta cocina azteca, que provocó lista de espera y que no resultara fácil conseguir mesa. Ahora, por supuesto, somos habituales en Barracuda MX. Aquellos días en los que se nos antojaba disfrutar de una comida mexicana informal sin reservar pasábamos largas horas en el piso de arriba, donde se encontraba Mezcal Bar y disfrutábamos de unas botanas y unos cócteles auténticos. A esas recetas nos recuerda el “delivery” MX RR. El recién inaugurado espacio en Pozuelo de Alarcón cuenta con varias mesas altas y una pequeña terraza en el que se disfruta de la versión mexicana de nuestras tapas para comer con las manos. Nos dice que hace ya dos años el virus le hizo meter primera y cambiar de rumbo. Coincidió con el cierre del citado y exitoso restaurante por otros motivos y durante el amargo confinamiento fue de los primeros en alegrarnos aquellos terribles meses con un “delivery” en el que trabajó sin descanso hasta estudiar las recetas que viajaban bien: “Ahora recogemos los frutos de aquella presión”, dice. ¿El resultado? Contar con cuatro locales (en Las Tablas, Ponzano, Retiro y Pozuelo) centrados en esta filosofía gastronómica en la que la estratégica ubicación es clave. No es fácil encontrar con buenos locales: “Nació con el objetivo de idear un “delivery” con el que hacer más accesible nuestra cocina y hoy cuenta con platos propios”, añade al tiempo que nos recuerda que el reto es elaborar ellos mismos platos que viajen bien. Por supuesto, lo hace su ya emblemático guacamole, el mismo que tanto hemos disfrutado en Punto MX, con sus imprescindibles totopos de maíz crujientes. También, las flautitas, que son tacos de pollo de corral enrollados en tortilla de maíz crujiente con salsa de guacamole, queso fresco y pico de gallo, además de unas súper golosas cronchiquecas, unas quesadillas de 25 centímetros con extra de queso gratinado, doraditas y crujientes, con rellenos tan apetecibles como el pollo a la barbacoa con chipotle. Aunque a nosotros nos entusiasma la preparada con costilla de res con adobo de chile pasilla, ancho y cascabel. Es una de las estrellas, ya que el cocinero cocina semejante bocado durante ocho horas y el sabor es sensacional.

Adictos a los tacos, sepan ustedes que llegan por separado las tortillas de maíz, las salsas picositas, los limones y todo lo necesario para que cada uno se divierta armándola. Así, el de cochinita pibil llega con el cerdo adobado acompañado de una salsa de tomatillo verde y aguacate con trocitos de chicharrón crujientes. ¿Han probado el Machete? Consta de una costilla de ternera al carbón laqueada con una salsa de tres chiles y majado de hierbas frescas. Un manjar para, como todos, comer con las manos, pringarse y chuparse los dedos. Aún hay más, no se corte, porque si aquí dentro del castizo picoteo puede entrar alguna elaboración de cuchareo, entre botana y botana siempre debe haber hueco para un ceviche. Para darles una pista, el de vieiras lleva una base de guacamole, cebolla morada, rabanitos, cebollino y cilantro. Por último, no falta una salsita de chiles jalapeños y lima. Antes de levantarse, haga hueco al más chilango de los postres, la nieve de mango y jengibre con un toque de chile piquín que alegra el día.