Los empresarios madrileños lo tienen claro: “La reforma laboral del Gobierno es peor que la anterior”

El presidente de la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE (CEIM), Miguel Garrido, ha defendido este jueves que la reforma laboral del Ejecutivo central, que se aprobará previsiblemente en el Congreso hoy, es “peor” que la anterior acometida por el PP, pero ha celebrado que acabe la “amenaza” de derogación total con la que se había comprometido Unidas Podemos con algunos de los socios de investidura, como Bildu.

“Derogarlo todo hubiera causado estragos. Estamos satisfechos por ello. Además si se aprueba hoy acaba con una incertidumbre muy negativa y se sabrán las reglas del juego”, ha expuesto Garrido.

Entiende que cualquier modificación posterior al acuerdo del Ejecutivo con la patronal y sindicatos hubiera “empeorado” la norma por lo que tienen una “sensación contrapuesta” con su aprobación.

Precisamente evitar esos cambios en el articulado ha causado que el Gobierno nacional haya tenido que utilizar una geometría parlamentaria distinta a la de la investidura, ya que socios como Esquerra Republicana, el PNV y Bildu no la respaldarán, mientras que sí contará con el apoyo de Ciudadanos o UPN.

Aún así, ha recordado que tras aprobarse aún quedará la interpretación de la norma que hagan posteriormente los tribunales cuando haya conflictos en torno a la misma. Por ejemplo sobre la antigüedad de los fijos discontinuos, si se computa para ello el tiempo efectivo de trabajo o el transcurrido desde la firma del contrato.

“Pero tenemos despejados esos temores de que se iba a modificar sustancialmente la flexibilidad. Será positivo que se apruebe hoy porque la alternativa sería peor”, ha resumido Garrido la postura de los empresarios madrileños.

Asimismo, ha advertido de que habrá que esperar para poder analizar los efectos de la reforma sobre el mercado laboral y especialmente sobre sus efectos sobre la temporalidad, ya que ha aseverado que aunque los contratos que primen sean los indefinidos esto no quiere decir “que sean más estables”.

Entiende que había que legislar en este sentido, pero augura que si una empresa no tiene suficiente productividad como para poder mantener a un trabajador en cuestión no dejará de despedirlo por este tipo de contrato, sino que la indemnización será distinta.