Caza y mucho más en La Montería

Sabemos que las calles aledañas al Retiro, desde Menéndez Pelayo, Menorca, Doctor Castelo, Lope de Rueda, Narváez e Ibiza, se han convertido desde hace tiempo en destino gastronómico. Pero, ojo, no todo vale y en el barrio, como en todos, es importante saber seleccionar. Nosotros dedicamos estas líneas al placer culinario que es disfrutar de una buenísima comida en La Montería. Situada en el número 35 de la citada Lope de Rueda, hemos de decir que es uno de los gloriosos templos tabernarios de Madrid, un espacio que sirve a diario la filosofía de una taberna, ahora con un lavado de cara que no ha eliminado ni un ápice su esencia. De ahí que nos la encontremos divertidamente llena hasta un lunes por la noche de febrero.

Les cuento. Miguel Ángel Román, que llegó a la zona cuando sólo existía el mítico bar Sanchís, el desaparecido Casa Portal, y la gran casa que es Rafa, procede de una familia de hosteleros. Nos desvela que en el año 87 se hizo cargo del negocio, que fundó su padre, Juan José Román, en el 73. Por aquél entonces, el local no era lo que es hoy, ya que sólo acogía una barra, pero la afluencia de fieles parroquianos demandó que el tabernero se hiciera con unespacio que se encuentra en el fondo en el que organizó el comedor que hoy disfrutamos todos. Los mismos que atendiendo a las restricciones, hemos seguido reservando en este templo de disfrutones, que reabrió el pasado mes de mayo tras ampliar y sumar el local contiguo. El resultado es un amplio establecimiento con una barra y numerosas mesas altas como antesala del comedor, las idóneas para abrir apetito con un vino o una cerveza bien tirada acompañada de un aperitivo de la casa, ya sea el formado por unos daditos de patatas fritas con chistorra, salchichay pimientos de padrón, o de cazón en adobo, tapas contundentes y ricas, que muestran que aquí la calidad de las materias primas es fundamental. Un Bib Gourmand en toda regla, que se ha alzado con el reconocimiento de la biblia roja desde hace siete años.

Es temporada de caza mayor, de ahí que entre las propuestas destaquen el solomillo y el ragout de venado y la carrillera de jabalí. Como aves, el pato azul sobrevuela de mesa en mesa en una receta en la que el cocinero marca las patitas justo en el momento de ser servidas para no perder jugosidad, con las carcasas realiza un guiso para salsearlas y con los higaditos, un paté para untar. Apasionados de la perdiz, la pueden saborear tanto en hojaldre o en ensalada. En cuanto a los tesoros del mar, es Miguel Ángel quien selecciona los mejores en Mercamadrid y el día de nuestra visita había adquirido corvina, rodaballo, lenguado, merluza, lubina, vieiras, coquinas, navajas gallegas y clóchinas.

Comenzamos con unas rabas de calamar, de fritura perfecta, ya que en esta casa sólo se usa aceite de oliva virgen extra, que se cambia a diario, ya que, al ser su familia originaria de Cazorla y Jaén, no entiende cocinar con otro. Y, seguimos con las imprescindibles y tan especiales gambas gabardina invertidas, de las que te comes primero la cola y después la cabeza, que conserva todo el sabor del jugo, con las lascas de mango y foie micuit con pan sardo y con los muslitos de conejo, «finger food» delicioso para comer con las manos y armonizar con un par de copas de Hacienda Grimón, un vinazo procedente de una pequeña bodega familiar fundada por Paco Oliván en el Valle del Jubera en plena DOCa Rioja.

Destino de grandes bodegueros también es La Castela, otra de las grandes tabernas del barrio y destino de quienes no encuentran hueco en La Montería, lo mismo, recuerden que su hermana pequeña, La Monte, que Miguel Ángel decidió inaugurar para así derivar a sus fieles comensales que se topaban con la casa madre llena. Los molletes de pringá y de «roast beef» con foie, además del ceviche de pez limón y las ortiguillas con atún son un clásico. Bocados a incluir en la comanda.

Dónde: C/ Lope de Rueda, 35 Precio medio: 30 euros