Los costaleros de Alcorcón, preparados para sacar los pasos

Se llenó la calle y la gente se arrancó en aplausos por la emoción cuando vio desfilar el sábado a los costaleros del palio de la Ilustre Hermandad y Cofradía de nuestro hermano Jesús Nazareno y María Santísima de la Esperanza de Alcorcón. Era el penúltimo ensayo antes de la Semana Santa por las calles más céntricas de la localidad del sur de Madrid y ya parecía oler a incienso y a respirarse ambiente cofrade, el preludio de lo que nos espera. Porque después de unos años vacíos de procesiones, esta vez Alcorcón y otros puntos de Madrid vuelven a recuperar sus tradiciones religiosas más sentidas.

La hermana mayor de la Cofradía, Arancha Álvarez, estaba impresionada. «Encontrar el calor de la gente durante este fin de semana ha sido para nosotros un subidón de adrenalina, nos da mucha fuerza para hacer nuestro trabajo con toda la fuerza del mundo. Y más después de todas las trabas que la cofradía ha encontrado en Alcorcón. Por eso llevamos la Esperanza por bandera», decía. Y es que la Hermandad ha tenido que celebrar este año su pregón de Semana Santa en la Puerta del Sol después de los obstáculos que ha tenido que sortear del Ayuntamiento de Alcorcón (gobernado por PSOE-Podemos) para poder hacerlo en el teatro municipal de la localidad, una tradición de más de dos décadas. No es la única piedra en su camino. Previamente, la Hermanada también tuvo que batallar después de que el Gobierno municipal la expulsara del local público que venían ocupando.

El viernes, la Cofradía de Alcorcón celebró el Día del Nazareno y, por primera vez, después de que se iniciara la pandemia, la gente pudo tocar, que no besar todavía, el pie del Nazareno. La Hermandad cuenta que la afluencia de gente fue «como hacía años que no habíamos tenido». Un fin de semana de emociones y que nos prepara, al fin, para una Semana Santa como las prepandémicas.