Seguridad Vial
Madrid se lanza al reto de reducir a la mitad los muertos en carretera en ocho años
Los expertos proponen lograrlo con vías 2+1, «carreteras que perdonan» y auditorías para usuarios vulnerables
España ha liderado en los últimos años una de las caídas más importantes de siniestralidad en las carreteras. Y, buscando la parte positiva de la crisis del coronavirus en materia de reducción de la siniestralidad, la pandemia ha dado un empujón hacia abajo a la estadística habida cuenta de que los confinamientos han sacado a menos usuarios a la carretera. Pero ahora que volvemos a recuperar prácticamente la normalidad, uno de los retos que se plantean las administraciones es avanzar hacia esa cuota cero de mortalidad en las vías.
La Comunidad de Madrid tiene por objetivo reducir en un 50% las víctimas mortales y heridos graves que se producen en las carreteras en los 2.500 kilómetros de vías de su titularidad hasta 2030. Por ello la Consejería de Transportes e Infraestructuras, al frente de la cual se encuentra David Pérez, ha puesto en marcha un plan de choque específico contra la siniestralidad y la accidentalidad.
De momento, está previsto que se constituya ahora se una Comisión Interdepartamental de seguridad vial con ese horizonte sobre la mesa para ver qué medidas implementar en los próximos años que resulten eficaces para alcanzar ese objetivo.
Antes de la pandemia, en 2019, 51 personas se dejaron la vida en las carreteras de la Comunidad, otros 119 resultaron heridos graves y 1.873 resultaron leves, según los datos que maneja la Consejería de Transportes. Las cifras han bajado ligeramente con la Covid-19, y el año pasado ya se registraron 1.247 accidentes con víctimas, 37 fallecidos y 101 heridos graves, pero ya estamos viviendo una vuelta a la normalidad en lo que afecta a los movimientos de vehículos y de lo que se trata es de que las cifras de siniestralidad vayan menguando en lugar de dispararse. ¿Pero cómo se consigue rebajar la accidentalidad a la mitad? ¿Qué estrategias había que poner en marcha?
La Comunidad de Madrid ya ha contactado con algunas entidades que han elaborado un documento con cerca de medio centenar de propuestas. Una de ellas es la Fundación Mapfre, que considera que una de las medidas más importantes para hacer frente a la siniestralidad pasa por la educación.
Jesús Monclús, director del Área de Prevención y Seguridad Vial de la Fundación Mapfre, cree que una de las soluciones sería que la Comunidad de Madrid, en la elaboración de la parte del currículo que le corresponde a Primaria y Secundaria (el 40%) con la reciente reforma de la ley de educación (Lomloe) «introduzca contenidos sobre movilidad segura, sana y sostenible y la enseñanza en las aulas del ciclismo seguro a los contenidos educativos de nuestra región».
Otra de las medidas que propone pasa por el refuerzo de los planes de auditorías e inspecciones de carreteras. «Uno de los retos actuales más importantes es cómo traducir las nuevas medidas de seguridad para carreteras, como las vías 2+1 (dos carriles en un sentido y uno en el contrario) alternándose cada 5 ó 10 kilómetros a las distintas características de la red vial autonómica: con grandes autopistas de amplios trazados, en un extremo, y con vías muy estrechas y curvas cerradas y con poca visibilidad, en el otro».
Monclús cree que los 51 fallecidos en el año 2019 en la red competencia de la Comunidad de Madrid, cuanto menos, «son una clara llamada a una acción más decidida en este ámbito».
Los pasos en esta materia de seguridad vial vienen recogidos en la Ley Ómnibus madrileña, cuyo proyecto prevé la obligación de establecer estrategias en este ámbito. «La figura de la comisión interdepartamental con la participación de todas las áreas autonómicas es la mejor garantía de que el abordaje es sistémico e integral».
Para Elena de la Peña, subdirectora General Técnica de la Asociación Española de la Carretera, es complicado dar una receta para mejorar la seguridad vial en un territorio tan variado como la Comunidad de Madrid con una amplia red de carreteras y con notable tráfico interior y de paso, tanto de vehículos pesados como ligeros. Sin embargo, al igual que el responsable de Mapfre, considera que sería una buena medida valorar la necesidad de construcción de itinerarios 2+1. «Su principal virtud es eliminar la siniestralidad frontal o fronto-lateral en carreteras de un único carril por sentido por medio de la provisión de un carril adicional. De esta manera, los vehículos no realizan maniobras de adelantamiento invadiendo el sentido contrario».
Del mismo modo, también propone un plan de «Carreteras que perdonan», que permitiera reducir la siniestralidad por salida de la vía y atenuar sus consecuencias». A juicio de De la Peña, el plan pasaría por identificar los emplazamientos más peligrosos y valorar las soluciones más adecuadas, ya sean cambios en el trazado, refuerzo del equipamiento o mejoras en los márgenes, suavizando las pendientes laterales, eliminando los obstáculos o recolocándolos, así como instalando sistemas de contención seguros para todos los usuarios, cuando sea necesario.
Por último también propone mejoras en la seguridad para usuarios vulnerables en vías interurbanas. Así, De la Peña propone sendas peatonales, vías ciclistas, itinerarios seguros hasta las paradas de autobús o mejora de travesías.
Ramón Ledesma, asesor de la consultora Pons Mobility, cree que la Comunidad de Madrid cuenta con una peculiaridad que la diferencia de las comunidades autónomas y es que la mortalidad en las vías interurbanas tiene un peso muy similar a las autopistas y autovías y vías convencionales (50% aproximadamente), mientras que en otras autonomías este peso es diferentes (80 para las convencionales y 20% para las autopistas y autovías). Y esto tiene que ver con los intensos flujos de tráfico que soporta la Comunidad de Madrid donde las incidencias son mayores. «Si alguien quiere avanzar en soluciones reales en reducción de siniestralidad y mortalidad esto pasa por un diálogo a tres bandas entre tres actores: los titulares de las vías (Comunidad de Madrid y Fomento), responsables de plataformas de navegación de los vehículos y la Jefatura de Tráfico. Si este diálogo es constante y permanente obtendrán un conjunto de razonamientos que servirán para adoptar soluciones que les servirán para colocar a Madrid en una situación de reducción de siniestralidad especialmente interesante».
Ledesma cree que mejorar la siniestralidad pasa por realizar una auditoría que preste especial atención a los tramos de concentración de accidentes especialmente recurrentes en los últimos años, y a su vez auditorías de usuarios vulnerables (motoristas, ciclistas y peatones), teniendo en cuenta que representan ya el 50% de la mortalidad.
Conservación
Tener una buena conservación de las carreteras es otro de los asuntos clave que contribuyen a evitar siniestros. El Consejo de Gobierno aprobó la semana pasada el contrato de conservación y explotación de las carreteras de la Comunidad de Madrid para el período 2022/25 con una inversión total de 99 millones de euros.
El presupuesto de la licitación servirá para mantener las calzadas en las mejores condiciones de seguridad y comodidad para los usuarios, así como realizar actuaciones de modernización en los distintos elementos que configuran los firmes. Se trata, además de mantener operativas las carreteras ante cualquier situación imprevista por inclemencias meteorológicas adversas, nevadas, inundaciones, así como la atención durante las 24 horas los 365 días del año a accidentes o incidentes que ocurran en la red autonómica.
El acuerdo es el eje principal de la Estrategia de Conservación de Carreteras del Gobierno de la Comunidad de Madrid, que cuenta con un presupuesto global de 204 millones de euros.
Por otro lado, la Comunidad de Madrid quiere impulsar la movilidad cero emisiones. Ha aprobado destinar dos millones de euros para el fomento este año de la movilidad cero emisiones tras el éxito logrado con las anteriores concedidas en 2020 y 2021.
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