Historia
El “monarca” de un pueblo de Madrid que desafió al Rey de España
Un territorio aislado en las montañas e inaccesible que se regía por sus propias normas, ajeno al poder central
Una historia oculta. Casi tanto como el negro de las pizarras que cubren las casas de esta serranía montañosa de Madrid. A mitad de camino entre la leyenda y la realidad, la figura de este personaje –para muchos no más que un regidor–, está presente en varios documentos que atestiguan su existencia. Antonio Ponz recogió como cierta esta historia en su libro «Viaje de España», en el siglo XVIII.
En el origen, un grupo de pastores, que allá por el siglo XVI, en Uceda, formaron una pequeña alquería entre los montes de pizarra. Como algunos se apellidaban Patón, se conoció a la aldea como Hoz de los Patones.
El primer escrito donde se hace alusión a este «rey» es de 1653. El ingenio y la necesidad les llevó a nombrar entre los vecinos a una autoridad que impartiera justicia, les representara y les facilitara su día a día y a la que conocían como el Rey de Patones.
Y así pasaron los años hasta que el último Rey, un hombre conocido como Juan Prieto, consiguió la independencia frente a la villa de Uceda tras enviar una carta en 1769 al Rey Carlos III en la que se decía “Del Rey de los Patones al Rey de las Españas…”. En ella el Rey de Patones solicitaba el título de lugar por considerar abusivos los impuestos a los que Uceda les obligaba.
El monarca Borbón, sin salir del asombro por tal atrevimiento, envió un mensajero a dar fe de tal “reinado”. Una ocasión clave para la historia de aquellos habitantes “abandonados”, pues al llegar el emisario del monarca se encontró con que, a pesar del enunciado del mensaje, no encontró rey sino que vio cómo los vecinos de Patones habían elegido a uno de los suyos y le habían dotado de autoridad y derecho de velar por la justicia de todos. Carlos III reconoció su autogobierno y les concedió la independencia administrativa de Uceda, municipio al que todavía pertenecían. A partir de este momento desapareció la figura del Rey de Patones, puesto que ya podían nombrar alcalde y juez. Todo un avance administrativo para la época que -y ahí estaban-, tendría una lectura económica de progreso para toda la zona.
Una historia que muchos hoy calificarían de superación, y que en un recorrido por Patones de Arriba tiene huellas. Se pueden encontrar distintas placas en alusión al Rey de Patones en las que se mezcla leyenda y realidad.
✕
Accede a tu cuenta para comentar