Gastronomía

Cinco mesas al cielo abierto de Madrid

La Casa de Cristal es un oasis urbano que siempre pilla de paso

Nacho Heras, propietario del restaurante La Casa de Cristal
Nacho Heras, propietario del restaurante La Casa de CristalLuis DíazLa Razón

El termómetro ya arde y lo que nos apetece es disfrutar de una buena gastronomía al aire libre. Desvelamos cinco de nuestras terrazas preferidas. Tenemos más que iremos desmigando.

La Casa de Cristal es parada obligatoria si anda por el barrio Chamartín, un oasis urbano próximo al Santiago Bernabéu, propiedad de la familia Verdasco y Heras. Se afianza como un referente de la cocina tradicional española renovada en un entorno súper agradable para los días en los que el termómetro arde, ya que la vegetación que la ocupa, refresca. Así, de la carta recomendamos la tempura de langostinos con salsa de kimuchi y las albóndigas de rabo de toro en su salsa con dados de patata, además del tartar de salmón con huevo a baja temperatura y la merluza del Cantábrico. Para los paladares carnívoros, el lomo de vaca vieja premium fileteado y los raviolis de rabo y foie son una apuesta segura.

Con una propuesta que se inspira y homenajea a la gastronomía tradicional India, con platos clásicos, como el pollo tikka masala, el do tarike ke kebab o el aloo tikki, en la terraza de Benares, con estanque incluido, es posible viajar sin salir de Madrid. Más, si no prescinde de un cóctel en una mesa a cielo abierto. Se trata de tragos de sabores especiados, picantes y frutales, elaborados a partir de ingredientes como el garam masala o el tamarindo. Para su diseño, los bartenders Nathaly Bustamante y Rodolfo Lamanna se han inspirado en la medicina india tradicional para crear una carta que rinde homenaje a la búsqueda del equilibrio entre los cuatro elementos que forman al ser humano: alma, mente, emociones y cuerpo. ¿Cuáles pedir? El Mango Madness, el Margarita Masala, o el Imli.

Paulaner inaugura su Biergarten en Príncipe Pío. Un lugar perfecto en el que tomar una cerveza mientras se disfruta de los diferentes espectáculos en directo, que tendrán lugar las noches de jueves a domingo. Entre ellas, un cuarteto de cuerda con repertorio rock, una noche de piano y velas con música pop, un coro a capella con versiones del pop actual o un concierto de ópera y piano. Para armonizar el trago, algunas recetas típicas alemanas, como la ensalada col-slow, diferentes tipos de salchichas (Bockwurst, Bratwurst, Moruna y Vegi), codillo, bretzels y la tarta apfelstrudel. La entrada cuesta 12 euros (más gastos de gestión e incluye una cerveza). Lunes, martes y miércoles, el acceso es libre.

¿Conocen la ginebra artesanal cien por cien japonesa Roku Gin? Hasta el día 15, la marca presenta Japanese Summer, la celebración de la artesanía japonesa a través de una experiencia inmersiva en la que es posible probarla sintiendo las tradiciones niponas en el jardín secreto de la Fundación El Olivar de Castillejo (Menéndez Pidal, 3). La naturaleza siempre ha estado integrada en la identidad de Japón y a través de esta encontramos rituales de purificación ,como el Shinrin-Yokuo, baño de bosque. De esta forma, el espacio, creado por Roku Gin, nos ofrece un viaje experiencial con las performance murales de varios artistas, las sesiones de música de paisajes sonoros de Kazumi Sakoda y los talleres de Kokedama y de Kintsugi. No falta una cuidada selección de talleres y catas donde descubrir los seis botánicos e ingredientes con los que se elabora, así como crear su cóctel de la mano de Juan Maíllo. Y, en cuanto a la propuesta gastronómica, destaca la cocina omakase de Ebisu by Kobos, del chef Kobos Cortés; la propuesta nikkei, de Roberto Martínez, de Tripea; la tradición nipona de Yoka Kamada, propietaria de Yokalokay, y la innovadora carta de Sergio Sanz.

El Jardín de Diana es el bar secreto de la décima planta del hotel Hyatt Centric Gran Vía Madrid. Con un mirador privilegiado, es posible disfrutar de las mejores vistas desde dos ángulos irrepetibles: el dinamismo de Gran Vía y el skyline de los barrios más tradicionales de la capital. Los bocados fríos corren a cuenta de Hielo y Carbón, el restaurante principal del hotel para disfrutar cóctel en mano con la bella imagen de Diana Cazadora, una escultura de cinco metros de altura de la diosa romana especialmente diseñada para este espacio, de fondo. El hummus bicolor de garbanzos y remolacha con pan de pita especiado, el brioche con tartar de salmón con encurtidos y mahonesa cítrica y el ssam de pollo a la brasa con parmesano y salsa césar encabezan el desfile de entrantes. Continúan las croquetas de cecina de león, las bravi-oli & patatawaffle y las arepas de gambón y camarones con mahonesa de sriracha. Como plato fuerte, la costilla de vaca vieja a la brasa con patata ratte, cebollitas e hinojo y de postre, el mousse de chocolate y avellana con barquillo crujiente, galletas, naranja y chantilly.