Exposición
La Galería de las Colecciones Reales de Madrid prepara su gran mudanza
El Gobierno ultima el traslado de más de cien obras maestras de Patrimonio Nacional desde distintos puntos del país para un proyecto cultural estrella en Europa
Un patrimonio deslumbrante, inmenso. Un lugar que acumula historia y que podrá ser admirado tras su inauguración en junio de 2023. Los recientes invitados a la cumbre de la OTAN, en Madrid, pudieron admirar parte de esa riqueza cultural española en su visita al Museo del Prado, o en los palacios de Patrimonio Nacional. Unos espacios que bien pueden dar la medida de ese cúmulo de obras de arte que posee nuestro país. Sin embargo, ese tesoro desborda lo imaginable y debe ser “concretado” en una serie de obras -no pocas- que ahora, al fin, encuentran acomodo. Llegan a Madrid desde numerosos lugares. Algunos cercanos, como el Palacio Real de Madrid, el Monasterio de la Encarnación, o los palacios de Aranjuez o El Pardo, además de El Escorial. Otros, más alejados, como los palacios de La Granja o Riofrío en Segovia. Incluso de los Reales Alcázares de Sevilla. Este es el plan que desarrolla el Ministerio de la Presidencia, responsable de Patrimonio Nacional, para dar acomodo a tan impresionante legado.
Durante el siglo XIX, el Patrimonio de la Corona fue abriendo progresivamente varios museos en los cuales se exponían los más preciados bienes que habían ido coleccionando los monarcas a lo largo de los siglos. En primer lugar se abrió el Real Museo del Pintura y Escultura (1819) y posteriormente la Real Armería (1849). Paralelamente, también la colección de carruajes reales podía visitarse con un permiso espacial en las Reales Caballerizas, no obstante, pese a largos debates, jamás llegó a abrirse un Museo de Tapices en el Monasterio de El Escorial.
A todo ello se sumó el paso del tiempo y los conflictos padecidos en España. Desde las guerras carlistas a la contienda civil que asoló nuestra Patria no hace demasiado. Todo ello aletargó decisiones y planes de gestión de un inmenso patrimonio artístico olvidado, cuando no fue objeto y objetivo del tráfico de obras de arte, una actividad ilícita de pingües beneficios.
Así las cosas, Patrimonio Nacional planteó por primera vez la idea de erigir el museo en 1998, retomando la idea de crear un nuevo museo de carruajes pero que expusiera además las obras de arte, joyas y tapices de las dinastías que reinaron en España en los últimos siglos, los Austrias y los Borbones. En 2002, el proyecto presentado por los arquitectos Emilio Tuñón y Luis Moreno Mansilla (Mansilla + Tuñón) ganó el concurso de ideas para el edificio, y finalmente en 2006 comenzaron las obras de construcción, muy cerca de la Catedral de la Almudena y el Palacio Real. Los trabajos sufrieron demoras debido al hallazgo de restos arqueológicos en la zona,y además el Estado tuvo que aumentar considerablemente el presupuesto destinado inicialmente a la obra.
Un edificio inmenso en tamaño y riquezas
El inmueble tiene una superficie construida total de 40.475 m2 distribuidos en 6 plantas que albergan, entre otros, tres salas de exposiciones con alturas que varían desde los 6 a los 8 metros, sala de recepción de obras de arte, 6 grandes almacenes, despachos, así como espacios destinados a salas técnicas de instalaciones. Su diseño está pensado para lograr el máximo ahorro de energía posible.
De las seis plantas, la -3, situada en el nivel más bajo del edificio, es la más amplia, con más de 3500 m2, seguida de las plantas -2 y -1, de más de 3000 m2 cada una. La planta 0, con 2269 m2, es el área que acoge el acceso principal al museo. Por encima de ella, se encuentran la planta 1 y la planta 2, de menores dimensiones. El museo, por tanto, cuenta con más de 3200 m2 destinados para la exposición permanente y más de 1300 m2 para exposiciones temporales.
El modelo de museo por el que se ha optado es el lineal, con un recorrido principal descendente, que comienza en el acceso situado entre el Palacio Real, la Catedral de la Almudena y el propio museo, para finalizar en la planta -3, a la altura de los jardines del Campo del Moro. Su discurso expositivo estará en permanente transformación: un tercio de las piezas será rotatorio de forma continuada.
El edificio contará también con una cafetería y un espacio para talleres didácticos. Dispondrá de dos accesos situados en la Plaza de la Almudena (junto al Mirador de la Cornisa, que ofrece unas preciosas vistas de los jardines del Campo del Moro y de la Casa de Campo) y en la Cuesta de la Vega, y estará conectado directamente con el eje Madrid Río (a través del Túnel de Bonaparte –actualmente cerrado–), la Plaza de España y la Calle Mayor.
Un paseo por la Historia
Tras el acceso por la Plaza de la Almudena la exposición en la primera sala (planta -1) comienza con los Reyes Católicos. Las colecciones de tapices y de la Real Armería dialogarán con obras de El Bosco, Tiziano, El Greco, Ribera, Velázquez y Caravaggio, entre otros. Los Reales Monasterios como espacios femeninos, de poder y mecenazgo también tendrán su protagonismo. Esta planta tiene una ventana privilegiada al origen de Madrid: la muralla del siglo IX descubierta durante la construcción del edificio, que se explica también a través de un audiovisual.
La planta -2 se inicia con los planos del nuevo Palacio Real de Madrid, construido por orden de Felipe V tras el incendio del Alcázar, y finalizará con la maqueta de Tuñón y Mansilla de la Galería de las Colecciones Reales. Los instrumentos musicales, el mobiliario y las artes decorativas convivirán con Mengs, Goya, Tiépolo, Paret y Maella. En el último tramo se incluye la fotografía y se explica cómo el Estado asumió a través de Patrimonio Nacional la conservación de las Colecciones Reales y la apertura de los Reales Sitios al público.
La planta –3 (que también tiene acceso desde el Campo del Moro) se podría definir como la planta del siglo XXI. Allí se ha instalado un cubo inmersivo donde se proyectarán en 360º imágenes de espacios arquitectónicos y naturales de diversos Reales Sitios. En esta planta se ubica también la sala de exposiciones temporales.
Algunas de las obras que se expondrán en el Museo de forma permanente son el Políptico de Isabel la Católica de Juan de Flandes, el Caballo Blanco de Diego Velázquez, Salomé con la cabeza de Juan el Bautista de Caravaggio, la Lamentación sobre Cristo muerto de Anton Raphael Mengs o La familia de Juan Carlos I de Antonio López García. Otras obras se expondrán en el Museo de forma temporal, dando a la colección un carácter rotatorio, como el arnés de Mühlberg de Desiderius Helmschmid (Real Armería de Madrid), el Cristo crucificado de Tiziano (Monasterio de El Escorial), la Adoración del nombre de Jesús de El Greco (Monasterio de El Escorial), el Cristo en la Cruz de Gian Lorenzo Bernini (Monasterio de El Escorial) o La caza del jabalí de Francisco de Goya (Palacio Real de Madrid).
En 2019, Patrimonio Nacional adquirió para su futura exposición en el Museo una cómoda de Matías Gasparini, fabricada durante el reinado de Carlos III, y el Códice del Toisón de Oro, datado en el reinado de Carlos I y adquirido al Instituto Valencia de Don Juan de Madrid. Una compra reciente que incrementa la riqueza de fondos de unas Galería de las Colecciones Reales y da la medida de la voluntad por enriquecer la colección y preservar el patrimonio de todos.
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