Opinión
Queremos ser de Garci
Ya hay un nuevo ciprés allá arriba, en el jardín de La Mudarra. Uno que es el de Garci pero que nos pertenece un poco a todos
Una veintena larga de columnistas honraban, honrábamos, el domingo por la mañana a José Luis Garci y, no es que le reconociéramos como el mejor de todos nosotros, es que, como le decía Guillermo Garabito, presidente de la Fundación Godofredo Garabito que le nombraba Patrono de Honor, le homenajeábamos con la esperanza de llegar nosotros algún día a ser dignos de ser uno de los suyos. Se llenaba el jardín de la Mudarra de todos aquellos a los que queremos, admiramos y envidiamos, volvíamos a la casa que siempre nos recibe con las puertas abiertas, calor de hogar y cariño: Jorge Bustos, María José Solano, Jesús Calero, Ángel Antonio Herrera, Jose Peláez, Javier Menéndez Flores, Chapu Apaolaza, Ramón Palomar, Diego Garrocho… Hablamos sobre columnismo y sobre periodismo, de libertad de expresión y de democracia, de cine, de cócteles, de toros. Del amor y de la vida. Preparamos sopas de ajo y perpetramos planes. Volaron los abrazos, las risas y las copas.
Como en las mejores reuniones de amigos, como en las grandes ocasiones. Subí al cerro con mi querido José María Nieto, como cada vez que voy porque en eso, entre otras cosas, consiste lo nuestro. Y uno, cuando llega a esos campos y ve abrirse, por fin después de todo un año, la puerta de La Casa Grande, ya sabe que ahí dentro se respeta la palabra. La propia y la del de enfrente. Aquí, no nos cansamos de repetirlo, venimos a discutir, en su gloriosa primera acepción. Ya hay un nuevo ciprés allá arriba, en el jardín de La Mudarra. Uno que es el de Garci pero que nos pertenece un poco a todos. Han sido unas jornadas inolvidables. No solo por la amistad, sino por las vistas.
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